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El mal ejemplo cunde y se multiplica en importantes polos de desarrollo como Cali, Medellín y Cartagena, entre otros.
Hoy, algunos alcaldes con cierta irresponsabilidad, con un ego alterado y en otros casos atrofiado, además víctimas del ‘complejo de Adán’, ponen en riesgo con sus políticas y decisiones los activos propios de la seguridad ciudadana y de la Nación, los grandes proyectos, la reactivación económica y se enfrentan con el empresariado legalmente constituido para ganar adeptos en los sectores más populares, sin que estos últimos tengan verdaderas salidas o soluciones a sus problemáticas.
Desde que trabajé con Juan Mario Laserna (q.e.p.d) y hasta hoy como congresista mantengo un contacto directo con la capital del país y en estos 12 años debo afirmar que la ciudad es cada vez más caótica.
La inseguridad, los hurtos, las extorsiones, los homicidios, la movilidad, el microtráfico y las riñas, infortunadamente se tomaron a Bogotá.
Esta crisis se ha profundizado en la pandemia bajo el controvertido liderazgo de la alcaldesa Claudia López, quien parece más interesada por estos días en fortalecer la campaña al Senado de su cónyuge Angélica Lozano y en gastar recursos públicos en pagar artículos para cultivar su salud y vanidad personal, que en rescatar primero la ciudad de las fauces de la criminalidad.
En ese orden de ideas le he solicitado a la Procuraduría General de la Nación acelerar la investigación pertinente y la suspensión del cargo de la Alcaldesa por participación en política.
Los organismos de control deben actuar ante el desastre que ocurre en la administración del distrito Capital, que parece acéfalo ante la crisis de seguridad y desde donde se distrae la coyuntura enfrentándose con la Policía, el Gobierno nacional e incluso con los privados que reclaman acciones contundentes contra los criminales que hoy tienen sitiada a Bogotá.
Ante un Juez Administrativo también interpuse una Acción Popular, para garantizar el derecho colectivo al que tenemos todas las personas que vivimos en la ciudad para conservar el orden público. Infortunadamente, cada día que transcurre la señora López se parece más a quienes tanto criticó y persiguió desde su campaña a la Alcaldía, en una actitud que defrauda a sus electores.
De hecho, le envié al palacio de Liévano unos binoculares simbólicos para que observe el daño que hace la polarización permanente de un discurso ideológico ajeno a la realidad de los ciudadanos. En este contexto, el partido Conservador ha tomado la iniciativa de promover una audiencia pública sobre la situación de Bogotá. Como miembro del Directorio Nacional Conservador confío en que la alcaldesa López asista y responda personalmente por los graves hechos de orden público que atraviesa el distrito. De mi parte, apoyaré la revocatoria y estaré atento a los avances de las investigaciones de la Procuraduría y los resultados judiciales en materia de seguridad, todo para ayudar a cambiar la dramática situación que vive Bogotá bajo la administración de Claudia López.
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