¿Qué serÃa del mundo sin los polÃticos? En primer lugar serÃa mucho mejor pero, sin duda, serÃa un tris aburrido. Porque, ¿no es más divertido que cualquier otra cosa, reÃrse de los chistes que le han inventado al senador Corzo, o contemplar con arrobo a los funcionarios del gobierno Santos haciendo disminuir, a punta de cifras estadÃsticas, la pobreza y el desempleo?
Cuando no habÃa entrado al paÃs la televisión, tuvieron mucho éxito las radionovelas que después, al llegar aquella, fueron desplazadas por las telenovelas. Como fanático de ambas, nunca habÃa visto algo que se les pareciera tanto, como el suceso protagonizado hace pocos dÃas por Gina y Antanas, candidatos a la AlcaldÃa de Bogotá.
Fue maravillosa y muy profesional la manera como emplearon los elementos del melodrama. Los primeros coqueteos aparecieron en los debates televisados, en donde se sonreÃan tÃmidamente, se lanzaban miraditas de "ternero degollado" y se hacÃan partÃcipes de la sociedad del mutuo elogio. Luego, siguieron las llamadas telefónicas comenzando por una que dizque él le hizo a ella, sin querer queriendo.
Pero lo mejor vino después: Cual adolescentes enamorados, se enviaron esquelas perfumadas en las que, además de enumerar sus respectivas virtudes, cada uno le proponÃa al otro que asumiera la candidatura, "por el bien de la ciudad": Tú debes ser el candidato, no tú, no mejor tú y asà sucesivamente.
Con el fin de crear el suspenso que cualquier telenovela que se respete debe tener, él salió fugazmente del paÃs y la teleaudiencia, en vilo, quedó esperando su regreso para conocer el desenlace.
Y llegó el dÃa crucial, el del último capÃtulo. El supuesto lÃmite que fijaba la autoridad electoral, para una decisión, era el de las seis de la tarde. Pero como ellos querÃan aparentar que estaban discutiendo, en serio, la "alianza programática", les dieron las siete, y las ocho, y las nueve, sin tomar una determinación.
Por fin, cerca de las diez de la noche, apareció el humo blanco. ¿Qué pasó? Pues lo que tenÃa que pasar, lo que le ocurrió a "Gaviota" después de internarse en los cafetales con "Sebastián", en "Café con aroma de mujer", es decir, ella quedó en estado interesante llevando a cuestas, en este caso, la candidatura.
Ambos, seguramente por estrategia, han venido hablando de marcar distancia con el que sabemos, el del "todo vale"; pero no hay que olvidar que cada uno, cuando le convenÃa, a su manera fue uribista: Ella, hizo parte de la aplanadora que le aprobaba todo en el Congreso y él, en la pasada campaña presidencial, hasta se ofreció a cuidar sus huevitos.
De manera que esa sà es la parte triste de la historia, que a estas alturas, alguien que resultó tan amargo para este paÃs, siga generando tal polarización, que muchos candidatos se dedicaron fue a demostrar su cercanÃa o lejanÃa con Uribe y, mientras tanto, las propuestas concretas y realizables brillaron por su ausencia.
Comentarios