Desayuno: Cumbres rumorosas

Las noticias que han marcado la pauta en los últimos días, se han referido a dos cimas: La amenaza de erupción en la cumbre nevada del Ruiz, y la sexta Cumbre de las Américas. Ambas han generado mucho ruido.

Sobre la primera de las nombradas cabe anotar, aunque parezca increíble, que, más de 26 años después de la tragedia de Armero, el Tolima no tiene una estación para monitoreo del volcán, pues la que hay está en Manizales.

Ello resulta aún más desconcertante, al saber que Caldas tiene sólo cuatro municipios en zona de riesgo, mientras en nuestro departamento hay más de una docena.


De otro lado, son tantos los rumores y la desinformación al respecto, que, a estas alturas, muchas personas piensan que el Ideam es el encargado de manejar las alertas, y a el acuden para tratar de saber lo que ocurre.


De manera que habrá que pellizcarse, porque esta cumbre puede salir más onerosa, en todos los sentidos, que la de Cartagena.


A propósito, se comenta que el costo de la Cumbre de las Américas ascendió a muchos millones de dólares, algo que resulta insignificante, si se compara con el inmenso honor que obtuvo el Presidente colombiano, al haber sido portada de la revista Time. Porque los días en que se conformaba con salir en las páginas del diario El Tiempo, para él son como Uribe: Cosa del pasado. Además, lo que nada nos cuesta, volvámoslo fiesta.


Otra de las grandes utilidades que logró Santos de la Cumbre, se la proporcionó la cantidad de delegaciones asistentes, que fue de 33.


Este número, cabalístico para algunos, al tener que repetirlo muchas veces, le sirvió al primer Mandatario como ejercicio para mejorar su vocalización, y así pudo demostrarlo al pronunciar el discurso de instalación.


Los cartageneros alcanzaron a ilusionarse cuando notaron, de un momento a otro, la desaparición de mendigos, gamines y vendedores ambulantes de sus calles. Pero aterrizaron al recordar que eso mismo había ocurrido, por ejemplo, cuando el Papa visitó Bogotá, en la época en que su alcalde era Virgilio Barco.


Es que cuando se trata de recibir invitados de alto Turmequé, nuestros gobernantes no ahorran esfuerzos.


Por ese motivo, esta vez hasta se atrevieron a raspar un pedazo del cerro San Lázaro, sobre el que está ubicado el castillo de San Felipe, con el fin de instalar allí una tarima. Olvidaron que Cartagena es, como dijo el poeta Leonidas Otálora: "Sonoro cofrecito de oro, reliquia y tesoro de la antigüedad".


Los resultados de la ruidosa Cumbre se sabían incluso desde antes de empezar, cuando los Estados Unidos vetaron la asistencia de Cuba, y el embajador norteamericano en Colombia aseguró, en relación con el tema de las drogas, que, así aceptara la discusión planteada, Washington no cambiaría sus políticas. Y, digo yo, menos en estos momentos en que el Presidente Obama está en plena campaña para su reelección.


Fuera de los caramelos que los gringos suelen dar en estos casos, y de las ganancias que alcanzó el diseñador Édgar Gómez por la confección de sus guayaberas, esta Cumbre fue tan útil para el país, como lo sería la eventual llegada de Angelino a la Dirección General de la OIT.

Credito
ÉDGAR ANÍBAL MOLANO LOZANO

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