Desayuno: Jaque al rey

Nuestra abnegada y generosa Madre Patria siempre ha tenido el fino detalle de proporcionar temas para comentar.

La semana pasada visitó a Colombia el Presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, y se dice que entre los puntos más importantes de su agenda, estuvo el de consultar cómo hace el Dane para bajar, con tanta facilidad, los índices de desempleo.

Quién lo creyera; hasta hace unos años, la desbandada de colombianos hacia España, en busca de trabajo, era monumental.


Ahora, ante la crisis económica de los chapetones, la mayoría de esos compatriotas se está devolviendo. Lo que nunca se imaginaron fue que detrás de ellos se viniera el mismísimo Rajoy, a recibir los sabios consejos que le dio el gobierno de Santos para combatir la desocupación.


Cosas del péndulo de la vida, que unas veces está por allá, y otras por acá. En tiempos de la conquista, ellos descrestaron a nuestros antepasados con sus espejos; ahora, nosotros los tenemos deslumbrados contemplando las fulgurantes actuaciones de Falcao García.


Al que también se le devolvió el péndulo, de manera dramática, fue a Su Majestad el rey don Juan Carlos. Las cosas se le empezaron a poner color de hormiga desde el año pasado, cuando su yerno se vio involucrado en un escándalo por presunta corrupción, del cual hasta ahora no ha podido salir.


En ese momento el rey, que por Constitución no está obligado a rendir cuentas a nadie, publicó las suyas, ante la presión de los medios.


También se dijo que, por austeridad, los salarios de la familia real habían sido reducidos en un 15 por ciento, desde 2010.

 Aquí me atrevería a hacer una pregunta parecida a la que estuvo de moda hace poco: ¿Qué hace una familia real para tener derecho a salarios? Y ellos podrían contestarme, ¿por qué no te callas?; eso es determinación de los países en donde aún existen monarquías. Y hasta tendrían razón.

Sin embargo, y en relación con este monarca, algo que ha demostrado hasta la saciedad es que la templanza no es una de sus virtudes. Él se acostumbró a la buena vida, la buena comida y las buenas amigas. Esto último, problema de doña Sofía que se lo aguantó.


En cambio lo que sí se le puede discutir es su desmedida afición por la cacería, sobre todo cuando, en una actitud que se parece mucho a eso tan feo que llaman doble moral, ha sido presidente honorario de una fundación internacional para defensa de los animales. Dirían los animales: Con amigos así...


Entre sus múltiples aventuras se cuentan viajes a Rumania y Rusia para matar osos. Pero la más reciente expedición a Botsuana, para matar elefantes, ha sido la más azarosa.


No tanto por la fractura de cadera, que sería lo de menos, sino porque se le vino el país encima ante lo inoportuno del safari.


Cómo será de grave la situación que, incluso miembros de la derecha española, han llegado a manifestar que se están cansando de la monarquía.


Puede que don Juan Carlos todavía tenga trono y tenga reina y alguien que lo comprenda pero, de seguir por ese camino, más temprano que tarde, no va a seguir siendo el rey.

Credito
ÉDGAR ANIBAL MOLANO LOZANO

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