Desayuno: Cuentos chinos

Érase un Presidente al que le fascinaba visitar y ser visitado, y se desvelaba si le iba mal en las encuestas. La anterior será la manera como los abuelos describirán a sus nietos, dentro de cien años, la forma de ser del actual mandatario de los colombianos.

Fueron muchos puntos los que bajó la imagen interna de Santos en la más reciente encuesta. Naturalmente, esta información encendió las alarmas en la Casa de Nariño. Pero como el Presidente es tan pilo, se puso a idear una fórmula para recuperar el terreno perdido, y la encontró:

Recordó que había sido invitado a la inauguración del Festival de la Leyenda Vallenata, y dejó volar la imaginación por entre sus amplios conocimientos de ese género musical. Estaba en esas cuando, ¡eureka!, llegó la inspiración, y de inmediato la puso en práctica.

Decidió rendir un sentido homenaje al maestro Rafael Escalona, en especial a una de sus obras inmortales titulada ‘La casa en el aire’, y con ese motivo anunció, no con bombos y platillos sino con acordeón, caja y guacharaca, un revolucionario plan para entregar, gratis, cien mil viviendas a los colombianos más pobres.

Muchos políticos de este país se han valido de la necesidad de techo propio, que siempre han tenido las clases menos favorecidas, para mejorar su popularidad.

Es inolvidable el caso de un mandatario identificado con las iniciales B.B. (como la actriz Brigitte Bardot), que basó gran parte de su campaña, en el ofrecimiento de casas sin cuota inicial. Para más señas, a raíz de ello, algunos avivatos de entidades bancarias pusieron de moda en ese entonces las, según ellos, inmensas facilidades de crédito para adquirir casa, carro y beca.

Volviendo al caso de Juan Manuel, luego de haber tomado un segundo aire, en lo que a popularidad ¿o populismo? se refiere, decidió viajar a la China a pedir asesoría de los Guerreros de Terracota para mejorar la seguridad nacional, y a gestionar la importación de las técnicas de construcción de la Gran Muralla, para aplicarlas aquí en la contención de los ríos desbordados por causa de la “maldita niña”.

Las cifras sobre vivienda que está manejando el Presidente, comprueban que, hace rato, anda perdido de cuentas: Como candidato, veía la necesidad de edificar, al menos, un millón. Esto daba un promedio de 250 mil en cada uno de los cuatro años de mandato. Pero ahora, su gran anuncio ha sido el de construir cien mil en los próximos 24 meses.

Entonces, ¿cómo será la cosa? ¿Estas cien mil harán parte de aquel millón? ¿O serán aparte? ¿O será que el millón, del que habló en campaña, lo dejará para un segundo período presidencial?

Y en cuanto a restitución de tierras, está igual de desorientado: En un comienzo habló de devolver cerca  de 160 mil predios pero, según informes del mismo gobierno, a finales de 2013 sólo se habrá restituido algo más de once mil.

Menos mal, la milenaria cultura de los chinos podrá ayudarlo a salir de su extravío. No hay que olvidar que ellos, entre muchas cosas, fueron precursores en el uso del ábaco y seguramente con uno de ellos, el doctor Santos aclarará sus cuentas.

De lo contrario, corre el riesgo de que, a su regreso de la patria de Mao, le toque ponerse a decir, como en la vieja canción infantil: “En un bosque de la China, la chinita se perdió, y como yo andaba perdido, nos encontramos los dos...”.

Credito
EDGAR ANÍBAL MOLANO LOZANO

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