Desayuno: Lenguaraces

Palabra dicha y piedra suelta no tienen vuelta. Si el diputado Rodrigo Mesa hubiera tenido en cuenta ese sabio refrán, no habría introducido sus regordetas extremidades inferiores al decir lo que dijo sobre el Chocó, en pleno recinto de la Asamblea antioqueña.

Tales afirmaciones le valieron, no sólo un aguacero de críticas sino que, además, al esculcar en su precaria hoja de vida, le descubrieron cierta especie de relaciones peligrosas con personajes bastante cuestionados de la sociedad envigadeña.

También se comentó que, en las tarjetas de presentación que repartía, se identificaba como periodista de profesión, con especializaciones en Derecho del Trabajo de la UPB, y Relaciones Industriales de la Eafit.


Sin embargo, tan pronto estalló el escándalo, dizque hizo imprimir al reverso de ellas esta advertencia: Lo que dice en el anverso es falso, yo no sé quién lo sacó.

Todas las entidades cuyos nombres finalizan en ía, como Procuraduría, Contraloría y Fiscalía, han anunciado exhaustivas investigaciones sobre el caso.

Hasta el buen Simoncito, director del partido al que pertenece el político, le jaló las orejas por sus modales tan poco edificantes, y amenazó con imponerle un severo castigo, que podría consistir en asegurar su permanencia en la duma paisa por veinte años más.

Por su parte, muchos de sus paisanos y colegas de diputación trataron de restarle importancia al asunto, y justificaron su proceder diciendo que él siempre ha sido así, desabrochado y boquirroto, como esos arrieros que "usan ruana y alpargatas, carriel y blanco aguadeño, de un par de dados son dueños, de un morral y una barbera..."

Algo que resulta curioso en este caso es que, como se sabe, al diputado se le zafó el seguro de la sinhueso cuando en su departamento propusieron realizar trabajos conjuntos para ayudar a los vecinos chocoanos; en cambio, hace dos meses, cuando el Presidente Santos viajó hasta Quibdó, con todo su gabinete, para prometer multimillonarias inversiones en infraestructura y mejoramiento de las condiciones básicas de esa región, no dijo ni mu.

Debió ser por aquello de que el mono sabe en que palo trepa, y le quedaba muy cuesta arriba contradecir al jefe de la Mesa de Unidad Nacional, sobre todo con los términos que acostumbra emplear.

A propósito de menosprecio al prójimo, y hablando de Antioquia, vale la pena recordar aquí una frase muy diciente de la protagonista del libro 'La Bruja', de Germán Castro Caycedo.

Ella, natural de un conocido municipio antioqueño, se expresa así sobre su pueblo natal:


"En Fredonia era tan grande la distancia de las clases sociales, que de niños nos enseñaron que no se saludaba a los negros ni se hablaba con los de abajo".


Si uno se atiene a lo visto puede concluir que, para algunos, las cosas no han cambiado mucho desde esos tiempos hasta los de hoy.


Con este proceder, el diputado Mesa le ha hecho flaco favor a un departamento que quiere preciarse ahora de ser 'Antioquia, la más educada'. Y eso que sus generosos paisanos han tenido la deferencia de darle sus votos durante los últimos veinte años.


Para mi tengo que dentro de esos votantes pueden estar muchos de los que ayudaron a reelegir, en la Presidencia de la República, a un coterráneo suyo, que usa un lenguaje muy parecido ( "...le voy a dar en la cara marica" ), y quien desde hace días anda buscando cualquier fórmula, por descabellada que sea, para volver al poder.

Credito
ÉDGAR ANÍBAL MOLANO LOZANO

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