De las opiniones del doctor Germán Vargas

Ismael Molina

El vicepresidente de la República, Dr. Germán Vargas Lleras, ha empezado, con mayor frecuencia que lo habitual, a comportarse como precandidato presidencial y cada vez menos como funcionario público. Ello se ha apreciado con nitidez sobre su solidaridad frente al proceso de Paz y más recientemente respecto a la reforma tributaria.

El comportamiento insolidario frente al más importante compromiso adquirido por el Presidente, que es el proceso de Paz, ha sido evidente. De un silencio, casi cómplice, pasó a un apoyo tibio y terminó, una vez conocidos los resultados del plebiscito, a un reconocimiento de tener algunas “reservas” frente a lo pactado por el gobierno con las Farc. Ello es totalmente incomprensible en un personaje que ha recibido más de 12 billones de pesos para aceitar el montaje de su campaña electoral, recursos canalizados a través de las inversiones públicas en infraestructura vial (las 4G), y en vivienda gratuita.

Es más molesto cuando el manejo de esos sectores, donde Vargas Lleras se presenta como el gran ejecutor, es el premio a su aporte en la reelección del Presidente Santos, donde su participación fue bastante modesta y, como todos lo sabemos, la segunda vuelta la ganó Santos, por la acción y acompañamiento de la izquierda, con el Progresismo, el Polo y los Verdes, que aún cuando estaban en desacuerdo con las políticas económicas y sociales propuestas por el gobernante, apoyaron su escogencia, para poder seguir avanzando en la construcción de Paz, pero los votos del Dr. Vargas Lleras no resultaron decisivos y, por ejemplo en Bogotá, brillaron por su ausencia.

La segunda salida como precandidato han sido los pronunciamientos alrededor de la Reforma Tributaria, que no se logra que sea asimilada ni entendida por una gran parte de la población colombiana. Frente a esa propuesta el personaje de marras, salió a proponer y convocar a los beneficiarios del programa de vivienda gratuita, a una movilización masiva en “defensa de la vivienda de interés social” en el país, pues, según sus palabras, la reforma atenta contra ella.

Podemos tener muchas reservas con la propuesta del Ministro Cárdenas e incluso considerar que su propuesta es regresiva para el país, pero los que ha dicho el Dr. Vargas es mentira y, al igual que en el pasado reciente con el plebiscito, e está tratando de defender unos determinados y específicos intereses, en esta caso el de los constructores, engañando a la gente diciendo cosas que no se dicen en la reforma. No es cierto que se esté atacando a la VIS o a la VIP, ni que en el país no se vayan a poder construir nuevas viviendas para los pobres, pues éstas no tienen impuesto alguno, y a lo que se les están colocando impuestos es a las utilidades de los constructores, incluidos los que construyen VIS o VIP, que es una situación absolutamente diferente. Será que el Dr. Lleras empieza a defender a sus financiadores del futuro? O, peor aún, ¿Estará defendiendo a los grandes constructores que han entregado jugosos contratos de consultoría a la firma de abogados manejada por su hermano Enrique Vargas Lleras?

Recuerde señor Vicepresidente que la mentira, el engaño y la ingratitud son defectos que no se admiten en la política y, como lo ha señalado el reciente Procurador elegido, la corrupción es la primera lacra que debe eliminarse de la política colombiana. 

Dr. Vargas Lleras, si tanto le molesta lo que dice y lo que hace el Gobierno Santos, tenga la decisión de salirse del Gobierno y, desde el llano, como todos los demás precandidatos, haga la política que Ud. considere justa, defiéndala y los ciudadanos tendremos la capacidad para decidir si se le apoya o no. Pero eso sí, hágalo con verdades reales y no con mentiras a medias.

Comentarios