Impuestos para los de siempre, el camino más fácil

José Adrián Monroy

La resignación es una de las características más relevantes de los colombianos, quizás, porque nos hemos venido acostumbrado a que a pesar de las adversidades debemos mantenernos siempre alegres y esperanzados. Este año lo iniciamos soportando un duro golpe económico que afecta directamente el bolsillo de cada uno de los colombianos por cuenta de la reforma tributaria que trae consigo: El incremento del IVA del 16 al 19% (impuesto de valor agregado), la ampliación de la aplicación del impuesto al consumo y el monotributo; impuestos que en esencia, serán el verdugo que tendremos que afrontar cada vez que debemos adquirir bienes o servicios en este país.

El IVA ,por ejemplo, se aplicará a la venta de bienes muebles e inmuebles, prestación de servicios, la venta de derechos sobre activos intangibles sujetos a la propiedad industrial, la importación de bienes corporales y su circulación; además, grava una lista grande de productos indispensables para las familias, entre los que se cuentan los de aseo personal, limpieza del hogar, aceites, abarrotes, salsas y condimentos, tendrán un IVA del 19 por ciento a partir del 1 de febrero. También, las prendas de vestir y el calzado de hombres, mujeres y niños, pagarán esa tasa del 19 por ciento, a lo que se suma el mayor costo por galón de gasolina (135 pesos) y del diésel (152 pesos) tras la entrada en vigencia de la reforma desde el primer día del año. A su vez, el monotributo genera una nueva obligación tributaria a los pequeños comerciantes y se cobrará a quienes sus ingresos brutos anuales no excedan de 3.500 UVT, es decir, 108 millones de pesos aproximadamente.

En cuanto al impuesto nacional de consumo, se extenderá su aplicación con un 4% a los servicios de telefonía móvil, Internet y navegación móvil sin incluir el IVA, así las cosas, quienes paguen un plan de datos y minutos que supere los 50 mil pesos, tendrán un abrumador incremento del 23%. Los carros familiares y camperos cuyo valor no exceda los 90 millones de pesos también tendrán este nuevo impuesto y la misma suerte tendrán las motos que superen los 200 c.c., aunque su tarifa no será del 4% sino del 8%.

Vale aclarar, que la reforma tributaria no obedece, como muchos irresponsablemente lo afirman, al pago que el gobierno haría a las Farc por los acuerdos de paz. La reforma se hizo necesaria debido al aumento del dólar que triplicó el valor de nuestra deuda externa sumado a la caída del precio del petróleo, que en últimas es una de las principales fuentes de ingreso del Estado. Lo que quiero condenar con la reforma, es que el Gobierno nacional debió buscar unos mecanismos alternativos que le permitieran obtener ingresos para afrontar la crisis, diferentes al camino fácil y el de siempre, cargar de más impuestos a los ciudadanos.

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