La ola invernal y la orfandad

José Adrián Monroy

Según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales Ideam, la temporada de lluvias que azota al país ha sido una de las más fuertes en los últimos 5 años y nuestro departamento no ha sido la excepción; los incesantes aguaceros tienen en emergencia a más de 30 municipios en el Tolima.

Según la información suministrada por la Secretaría de Ambiente y Gestión del Riesgo de la Gobernación del Tolima, que eficazmente ha atendido el llamado de los numerosos desastres que se reportan a diario por esta oleada invernal, arroja preliminarmente el siguiente consolidado: 13.008 personas damnificadas, 12.401 familias con afectaciones, 1.194 viviendas averiadas, 63 completamente destruidas, 7.258 hectáreas de tierras afectadas, 2.452 familias que perdieron sus cultivos y alrededor de 1.488 kilómetros de vías también afectadas.

Adicionalmente, y como si fuera poco, el pasado 14 de mayo, de forma irresponsable, arbitraria y sin ningún tipo de planificación el embalse de Betania, en el Huila, abrió sus compuertas elevando el nivel del río Magdalena a cotas que alcanzan hasta los 11 metros ocasionando emergencias en los 14 municipios ribereños al principal afluente del país: Natagaima, Coyaima, Prado, Purificación, Suárez, Guamo, Espinal, Flandes, Coello, Piedras, Venadillo, Ambalema, Armero Guayabal y Honda.

En este último, el aumento del nivel del río agravó la situación del municipio, puesto que, como resultado de las lluvias habían alrededor de 25 damnificados y después de la apertura de las compuertas se pasó a tener alrededor de 800.

Lo que viven nuestros municipios producto de las fuertes precipitaciones que generaron deslizamientos, taponamientos e inundaciones por aumento del caudal de los ríos, pone de manifiesto las limitaciones que en materia de prevención y atención de desastres tienen los entes territoriales y la escasa cultura que sobre el tema tienen las personas que habitan estas zonas; además, se evidencia el poco interés que ha mostrado el Gobierno nacional en apoyar a estos municipios que de no ser por el acompañamiento decidido de la Gobernación del Tolima, sería aún más crítica e incierta su situación.

Todos conocemos el momento de desaceleración económica que sufre el país, el presupuesto nacional se ha tenido que disminuir en varias ocasiones, al igual que los recursos de regalías; los departamentos y municipios también sienten los coletazos de la crisis, pero este panorama no implica que desde Bogotá, donde se encuentra concentrado todo el aparato estatal, no le echen una mirada a la terrible situación que enfrenta el departamento por cuenta de esta ola invernal que ya suma miles de damnificados y millones de pesos perdidos.

Señores del Gobierno nacional, la paz no es el único tema que se debe enfrentar en el país, ni todas las apuestas se deben direccionar hacia ello, más de 30 municipios necesitan de su intervención y el departamento no da abasto, no hagan sentir a estos territorios que se encuentran en una completa orfandad.

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