¡Ser docente, no paga!

José Adrián Monroy

Hace 22 días, cerca de 300 mil maestros del sector oficial se encuentran en paro indefinido, dejando a 8 millones de estudiantes sin clases, con el propósito de exigirle al Gobierno nacional mayores recursos para el sistema educativo del país, además, del cumplimiento de lo acordado en el año 2015 de lograr una nivelación salarial del 12% hasta antes del 2018, como reconocimiento al rezago histórico que en remuneración tienen los profesores que trabajan para escuelas y colegios estatales.

Es que ser docente en nuestro país es una profesión que no paga, según la fundación compartir, el salario de un docente respecto de otras profesiones tiene un rezago del 18%; otros estudios como el de Gseid (Grupo de socioeconomía, instituciones y desarrollo de la universidad nacional) hablan de rezagos hasta del 28,3%. Así las cosas, un docente raso tiene un salario de $1.290.000 pesos y el de mejor escalafón, que debe tener maestrías y doctorados $4.613.000.

A esto se suma las enormes falencias que tiene el funcionamiento del sistema y la falta de sinergia que debe existir entre el ministerio de Educación Nacional y los entes territoriales. Prueba de ello es el pronunciamiento que realizaron los secretarios de educación del país al presidente de la República, la Ministra de Educación, el ministro de Hacienda y al presidente del Congreso; en donde ponen de presente que sin la financiación adecuada la educación está en riesgo, por las siguientes razones: 1. Falta del complemento de los recursos para planta y la desaparición de la última doceava. 2. Pese al crecimiento en cobertura, no se aumenta la planta de personal administrativo en los últimos 20 años. 3. falta de construcción de la infraestructura requerida, la falta de docentes, la alimentación escolar, entre otras exigencias hechas por el ministerio, serán imposibles de cumplir para la implementación de la jornada única escolar. 4. Los recursos para el transporte y la alimentación escolar son escasos, lo que agrava la situación económica de los departamentos y municipios, e impide una planeación sería que haga posible alcanzar una educación con calidad.

Todos sabemos que lo más importante para el gobierno es la paz, pero no será posible alcanzar una paz sólida y que perdure, si el gobierno descuida la educación de las próximas generaciones; esa debe ser la principal apuesta, establecer un proyecto educativo que modernice la infraestructura de las instituciones, que garantice la conectividad, el uso de las tecnologías y sobre todo, que le apueste al talento humano, los docentes son el motor de la enseñanza, ya que en ellos recae la importante labor de inspirar a sus alumnos, pero un maestro sin condiciones laborales acordes a la importancia de su profesión, no podrán dar lo mejor de sí para formar el futuro de nuestra sociedad. Es el momento de establecer prioridades y la educación, no se puede postergar más.

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