En Ibagué no pasa nada y todo está de maravilla

José Adrián Monroy

Esa es la percepción que tengo de lo que la administración municipal ha querido mostrar, a pesar, de lo que a diario sucede en la ciudad; o eso es lo que reflejan las declaraciones del Secretario de Gobierno atacando al presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio como resultado de las críticas que desde ese sector se hacen a la alcaldía en problemas como la movilidad, ocupación indebida del espacio público e inseguridad.

Razón tiene la Cámara de Comercio en advertir las dificultades que se tienen en Ibagué, porque precisamente son estas las que atacan directamente la principal vocación económica de la ciudad, el comercio.

De hecho, el Banco Mundial acaba de revelar el estudio Doing Bussines 2017, que clasifica las ciudades de acuerdo con la facilidad que tengan para hacer negocios, en donde Ibagué, según el informe, ocupó el lugar 26 entre las 32 ciudades analizadas, obteniendo un puntaje acumulado de 65,39 puntos sobre 100 posibles estando por debajo del promedio nacional que fue de 67,71.

Lo paradójico del asunto es que, en este mismo estudio realizado en los años 2010 y 2013, nuestra ciudad era la segunda más importante del país para hacer inversiones y negocios. Los aspectos para analizar por parte del Banco Mundial en este estudio son cuatro: facilidad para abrir una empresa, obtener una licencia de construcción, registrar una propiedad y pagar impuestos.

Lo anterior indica que en la ciudad sí existen cosas que se deben mejorar, puesto que además de la crisis institucional que vivimos por los connotados casos de corrupción, ahora los inversionistas ya no encuentran aquí un lugar atractivo para hacer negocios y dejar su dinero, lo que implica menos oportunidades para los ibaguereños.

Es el momento para que desde la alcaldía de Ibagué se preocupen por resolver las situaciones que golpean directamente la dinámica comercial y económica de la ciudad. Se debe hacer lo posible por garantizar aspectos mínimos que incentiven la confianza inversionista; la inseguridad, la movilidad, el aumento del cobro por el uso del espacio público son aspectos que se deben combatir, pero no disimular, y para eso, más que una confrontación necesitamos un consenso en donde el punto de convergencia sea la administración municipal, y así, junto con la Cámara de Comercio, se trabajen por los intereses de los comerciantes y los gremios.

Ya es hora de que el señor alcalde y sus funcionarios dejen de mirar el espejo retrovisor para gobernar, porque si lo siguen haciendo, seguirán mirando hacia atrás y se necesita que Ibagué mire hacia adelante.

Comentarios