2018, el año de la reflexión

José Adrián Monroy

Ya han transcurrido cinco días del año y la esperanza que produce el año nuevo ha empezado a diluirse; las consecuencias de los fenómenos climáticos están azotando el mundo, la expectativas económicas, aunque mejoran un poco frente a lo que fue el año pasado, siguen generando incertidumbre y el panorama político todavía no tiene un horizonte claro.

El descuido por la preservación del medio ambiente nos está pasando factura. La falta de conciencia ambiental que se tenía en el pasado ha contribuido a lo impredecible del clima. En Estados Unidos, Canadá y Europa la ola de frío rompió el récord de las temperaturas más bajas en los últimos 100 años; en el país, las lluvias no cesan, solo en el Tolima hay taponamientos de vías en los sectores rurales de Ibagué, Planadas, Rioblanco, Líbano y Honda, además de la alerta por las crecientes de los ríos Lagunilla, Coello, Tetuán, Ortega, Amoyá y Atá.

Por otra parte, el salario mínimo para este año tuvo un incremento del 5,9%, pasó de $737.717 a $781.242 y el auxilio de transporte pasa de $83.140 a $88.211. A pesar del aumento, que solo fue de $43.525, también se anunció el aumento de las cuotas moderadoras y copagos en las EPS, las tarifas del Soat también lo harán y con un notable perjuicio a los motociclistas; a esto se suma el aumento que sobre el mismo porcentaje se le hace a las matrículas escolares, arrendamientos, universidades que siguen restando la capacidad financiera de los colombianos.

Por lo tanto, nada se hace subiendo un porcentaje al salario mínimo si esto no representa un mayor ingreso que se traduzca en un mayor consumo de bienes y servicios que, a la postre, ayudaría a incrementar la demanda y dinamizaría nuestra desacelerada economía; pero no es así, porque el alza de precios y costos se realiza proporcional a todo y así no ve un real beneficio para los que deben subsistir con un salario mínimo. Además, aún no se tiene un porcentaje claro del aumento del Índice de Precios al Consumidor IPC, que si lo incluimos en la cuenta, haría más oscura la situación.

Y mientras tanto, los candidatos a la Presidencia de la República siguen peleando unos con otros, hablando de coaliciones y de alianzas, pero no de los temas que realmente afectan al país, siguen enfrascados en la vieja discusión de los que votaron por el Sí o por el No y no le presentan al país propuestas estructurales que permitan avizorar un cambio.

Lo que estamos viviendo nos debe llevar a reflexionar y a tomar conciencia: conciencia ambiental y sobre todo, conciencia política.

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