Villarrica y su encrucijada

José Adrián Monroy

Villarrica está ubicado al costado oriental de nuestro Departamento, tiene seis mil habitantes aproximadamente -según la página oficial de la alcaldía municipal -, su gente vive del agro, es gente pujante y valiente que sigue adelante a pesar de las marcas de violencia que generó en su momento la guerrilla de las Farc y que hoy enfrenta un reto mayor, la amenaza de la naturaleza.

Como miembro del Consejo Departamental de Gestión del Riesgo, asistí a la reunión convocada por su presidente, el gobernador Óscar Barreto, en donde se trató de forma exclusiva el problema de inestabilidad del suelo del sector urbano de Villarrica. En la reunión, miembros del Servicio Geológico Colombiano SGC, hicieron una presentación sobre el resultado del estudio para la evaluación de riesgo físico por movimientos en masa del que padece este municipio; los resultados, son más que preocupantes.

Según los análisis técnicos realizados por el SGC, existe un alto riesgo para más del 50% de personas y bienes físicos del casco urbano del municipio por cuenta del nivel freático (humedad) que existe en el suelo y en donde aconsejan como indispensable, efectuar medidas de intervención consistentes en: Encauzar la quebrada denominada “Botadero”, evaluar e intervenir las redes de acueducto y alcantarillado, materializar obras rígidas de estabilización del suelo e implementación de sub-drenes y pozos drenantes.

Los costos aproximados de las obras que se sugieren para mitigar la amenaza superan los 100 mil millones de pesos y, aunque el costo de la intervención necesaria ya genera incertidumbre, existen dos aspectos más relevantes que se deben tener en cuenta: de acuerdo con el estudio, si se realizan las obras de mitigación, el riesgo y la vulnerabilidad de personas e infraestructura es básicamente el mismo, es decir, que la inversión de esos recursos no garantizaría la solución del problema; por otra parte, se evidencia un obstáculo adicional de tipo administrativo, ya que en zonas de alto riesgo no se pueden invertir recursos públicos, lo que limitaría el accionar de las entidades estatales.

Finalmente, el Gobernador planteó que en audiencia pública se le debe dar a conocer a todos los habitantes de Villarrica su actual situación, para que, en conjunto, y con plena consciencia de lo que está pasando se pueda tomar una decisión. Desde luego, lo que pasa en Villarrica da origen a una gran encrucijada que evidencia lo vulnerables que somos ante la naturaleza y lo difícil que resulta tomar las medidas que se necesitan para evitar una tragedia como la sucedida en Gramalote - Norte de Santander.

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