Los acuerdos de paz pasaron la prueba

José Adrián Monroy

Los acuerdos de paz realizados en La Habana, suscritos entre el Gobierno nacional y la extinta guerrilla de las Farc están atravesando una dura prueba, esta vez, por cuenta de la inesperada y sorpresiva captura con fines de extradición de Seuxis Hernández Solarte, más conocido como Jesús Santrich, nombre utilizado en sus días de insurgencia.

Este excabecilla guerrillero, ahora dirigente del partido político Fuerzas Revolucionarias del Común y electo representante a la Cámara por el departamento del Atlántico es acusado por los Estados Unidos de estar vinculado al tráfico de cocaína.

De inmediato, los contradictores a los acuerdos se sostuvieron en que los excombatientes seguían delinquiendo burlando a la justicia y otros lo tomaron como una ataque directo a los procesos de paz. Pues ni lo uno ni lo otro, en los acuerdos se contempla que quienes se acogieron al proceso de paz serían amnistiados por los delitos cometidos con ocasión al conflicto armado hasta la entrada en vigencia de los acuerdos, es decir, el primero de diciembre de 2016. Entonces, los antiguos insurgentes que reincidieran en la comisión de delitos posterior a esa fecha, deberán ser juzgados por la justicia ordinaria y perderían todos los beneficios adquiridos.

Tal parece es el caso de Santrich; según los Estados Unidos, desde mediados de 2017 hasta la fecha, él ahora capturado estaba concretando un envío de 10 toneladas de droga con destino a ese país, lo que implica que incumplió lo pactado en La Habana al seguir delinquiendo y puede ser extraditado. Lo anterior demuestra, que los acuerdos de paz no están tan mal planteados como sugieren algunos sectores de extrema derecha en el país, puesto que existe claridad en cuanto a la penalización de los acciones delictivas venideras y que no estén enmarcadas dentro del conflicto armado que se suscitó con las Farc.

Lo mismo aplica para los que se identifican con la posición ideológica de los exguerrilleros, porque donde sean ciertas las pruebas que se tienen en contra de Santrich, no habría lugar a lo dicho por Iván Márquez: “con la captura de nuestro camarada Jesús, el proceso de paz se encuentra amenazado, es un montaje jurídico”. Así las cosas, el acuerdo de paz está pasando la prueba, se percibe neutral, equilibrado y garantista ante la sociedad en general, el Gobierno nacional y las Farc.

Nota: Con el orgullo de siempre, con la altivez que identifica sólo a los que hemos nacido en esta tierra; celebro el día en el que el General Tomás Cipriano de Mosquera creó el Estado Soberano del Tolima hace 157 años. Orgullosamente Tolimense.

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