El Estatuto de la Oposición

José Adrián Monroy

Desde el pasado 20 de julio, entró en vigencia la Ley 1909 de 2018 por medio de la cual se adoptó el Estatuto de la Oposición política en nuestro país; esta ley, tiene por objeto establecer un marco general para el ejercicio y la protección especial del derecho a la oposición de las organizaciones políticas y algunos derechos de las organizaciones independientes.

El Estatuto de la Oposición se encontraba en mora de ser legislado por el Congreso, puesto que desde la Constitución de 1991 surgió la necesidad de crearlo. Entonces, tuvieron que pasar más de 25 años para que, gracias a los acuerdos de paz suscritos con las Farc y por vía “fast track”, el estatuto fuese una realidad y se convirtiera en ley de la República.

Entre las cosas que más se destacan en esta ley se encuentran que: Los candidatos que hayan perdido las elecciones a cargos unipersonales podrán ocupar una curul en la corporación que corresponda, es decir, que quienes hayan quedado de segundos en votación para la Presidencia tendrá un cupo en el senado de la República; a la vicepresidencia en la Cámara de representantes, a la gobernación en la Asamblea departamental y a la Alcaldía en el Concejo municipal.

Además, se le entregan ciertas garantías a la participación de los que se declaren en oposición (solo tendrán un mes después de iniciado el periodo de gobierno para hacerlo), por ejemplo: Quienes se declaren en oposición, tendrán un 5% adicional en la financiación frente a las demás organizaciones, tendrán derecho a la réplica después de las alocuciones presidenciales tres veces al año como también, puesto en las mesas directivas de las corporaciones públicas.

Espero que, así como lo contempla el artículo 4º del estatuto, quienes realicen oposición a los gobiernos de turno, lo hagan con el fin de proponer alternativas políticas, disentir, criticar, fiscalizar y ejercer libremente el control político a la gestión que estén realizando las administraciones, desde el marco del respeto y siempre con el ánimo de construir, utilizando para bien, los instrumentos señalados en la ley.

Es el momento, para que las organizaciones y movimientos políticos ayuden a contribuir al desarrollo de las regiones y no resulten siendo el obstáculo que impide un eficaz ejercicio de la administración pública.

Ya se tienen, para los que se decidan a hacer oposición, las garantías y elementos necesarios para participar y ser escuchados; por lo tanto, ya es hora de dejar esas viejas prácticas politiqueras que solo conducen al odio y la polarización.

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