La dosis mínima: ¿sí o no?

José Adrián Monroy

El narcotráfico es uno de los principales males de nuestro país, ha sido por muchos años el combustible de la guerra que nos tocó vivir con las diferentes guerrillas y con las bandas criminales dedicadas de forma exclusiva a la producción y comercialización de droga.

Antes, sus consecuencias no eran tan marcadas en nuestra sociedad debido a que por desgracia, Colombia se dedicaba a exportar los narcóticos hacia países con gran consumo en Europa o Estados Unidos; pero ahora, buena parte de lo que se produce es consumido aquí, en nuestro territorio.

Esto ha ocasionado una serie de situaciones que agobian directamente la estabilidad social de los colombianos. Por un lado, las redes de microtráfico, que son en buena parte las generadoras de la violencia en la ciudades y, por el otro, el aumento desmedido de quienes ya son adictos a toda clase de sustancias alucinógenas convirtiéndose así, en un grave problema de salud publica.

Hoy el debate se suscita a razón de las medidas que ha tomado el Gobierno nacional, al darle luz verde a la incautación de todo tipo de drogas en cualquier cantidad en las calles y las de el Fiscal General de la Nación que en compañía de algunos alcaldes del país, radicaron un proyecto de ley ante el Congreso de la República en el que se busca defender la seguridad ciudadana frente al fenómeno del narcomenudeo y el microtráfico.

Al respecto, el presidente de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, magistrado Luis Antonio Hernández, como una de las autoridades de más alto nivel llamada a impartir justicia en temas como el narcotráfico e integrante del Consejo Superior de Política Criminal, asegura que el Gobierno está en una “tremenda confusión” al hacer una política pública asociada a la droga sin diferenciar los distintos tipos de sustancias y los distintos tipos de consumidores, siendo enfático en que: “los jueces no vamos a enviar a la cárcel como delincuentes a consumidores de droga”.

Aunque todos los esfuerzos que se realicen para combatir el fenómeno del narcotráfico en todos sus niveles son valiosos, es necesario que surja un proceso de concientización al interior de la institución más importante de la sociedad, la familia, para que desde allí, cada uno de sus integrantes propenda por la educación y el cuidado que se requiere para que nuestros niños y jóvenes tengan los valores, argumentos y madurez para enfrentarse a una de las más difíciles pruebas que en la actualidad nos impone la vida.

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