169 años del partido Conservador

José Adrián Monroy

“Caro y Ospina escribieron la justicia contra la opresión, igualdad sin privilegios como principio y razón”. Esa es la primera estrofa del himno del partido conservador, que recuerda el manifiesto escrito el 4 de octubre de 1849 por Mariano Ospina Rodríguez y José Eusebio Caro; a partir de ahí, se estableció formalmente la colectividad conservadora en el País.

Desde ese entonces, el partido Conservador juró condenar todo acto contra el orden constitucional, contra la legalidad, contra la moral, contra la igualdad, contra la tolerancia, contra la propiedad y contra la civilización sea quien fuere el que lo haya cometido; estos principios son, en últimas, base de la ideología del partido.

Hoy, 169 años después de su creación, el partido Conservador es uno de los dos partidos políticos más tradicionales de Colombia y sobrevive a la falta de credibilidad en las instituciones por la presencia de sus miembros en las corporaciones públicas y cargos unipersonales de nuestro territorio.

Y digo sobrevive, porque desde hace mucho tiempo la casa azul no propende por defender sus postulados, sino que se convirtió en una agencia promotora de avales electorales en donde su dirigencia se acomoda sagazmente al gobierno de turno, perdiendo así, su norte ideológico.

Sumado a lo anterior, se encuentra el apetito burocrático, personal y clientelista de las directivas nacionales del partido, situación que ha hecho perder la vocación de poder que aclama la militancia conservadora rasa. Esa es una de las razones por las que muchos conservadores han decidido hacer su ejercicio político de manera independiente o han migrado a otras colectividades que, a pesar de sus dificultades y tropiezos se han mantenido firmes en la defensa de sus tesis.

Un claro ejemplo fue lo sucedido con Martha Lucía Ramírez, quien al no encontrar un apoyo decido dentro del oficialismo conservador, prefirió renunciar al partido y ahora es la actual vicepresidenta de la República.

Pertenecer a un partido político debe, en esencia, definir el criterio que se tiene dentro de la actividad política, donde existía plena identidad con sus principios e ideas, ejerciendo una militancia por convicción; por eso, en el cumpleaños 169 del partido Conservador, invito al Directorio Nacional Conservador y a toda su bancada en el Congreso de la República, a que actúen en torno a la defensa de los interés de la colectividad y no de unos pocos; que representen las necesidades de los ciudadanos para que ellos se identifiquen con sus soluciones; a que abran espacios de participación de forma incluyente y finamente, que sean coherentes con lo que el partido representa. Así, será la forma en la que algún día, el partido, será alternativa de poder para los colombianos.

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