Candidatos con ganas, pero sin conocimiento

José Adrián Monroy

Inicia un nuevo año electoral y con él, varias observaciones que quiero exponer en este espacio para que sean vistas como recomendación, alertas tempranas o simplemente un llamado de atención para quienes quieren ocupar un cargo en el servicio público participando en las elecciones de octubre del 2019.

En los últimos años los modelos de administración pública han evolucionado en el mundo, quizás es Francia quien ha demostrado el modelo más eficiente, creativo y audaz en la ejecución de recursos públicos; diferente a lo que sucede en nuestro país que no ha logrado acertar en un modelo dinámico, práctico, expedito y trasparente en la ejecución de recursos públicos, con un eficaz control político y una correcta e imparcial administración de la justicia.

En Colombia, sin el ánimo de generalizar, hemos tenido ingratas administraciones municipales; recordadas por su incapacidad, desconocimiento de lo público y lo peor de todo, el mal comportamiento personal de los dirigentes.

Por ejemplo, Pauselino Camargo, siendo alcalde de Cúcuta se presentó borracho al concejo municipal enfrentándose en tono desafiante ante los concejales, además, estuvo implicado en acciones criminales y eso que tiempo atrás vestía de sotana. Bernardo Hoyos Montoya, exsacerdote y exalcalde de Barranquilla, estuvo preso por irregularidades en contratación y posibles vínculos en el asesinato de un periodista detractor suyo.

Otro caso es el de Apolinar Salcedo Caicedo, exalcalde de Cali, conocido popularmente como "Polo" y muy conocido en el país por ser invidente. Fue destituido por la Procuraduría General de la Nación por evidentes casos de corrupción en algunas concesiones que adjudicó en su mandato. O el de Campo Elías Terán, elegido alcalde de Cartagena de indias para el periodo constitucional 2012 - 2015, locutor y periodista; demostró ser un desconocedor absoluto del manejo de lo público, tanto así que todos los órganos de control solicitaron la suspensión inmediata de su labor como alcalde. Y el más reciente, el de Rodolfo Hernández, alcalde de Bucaramanga, quien ya fue suspendido por la Procuraduría por la agresión en contra de un concejal de su ciudad.

Todo lo anterior indica que para ser elegido hace falta mucho mas que ganas. Ejercer un cargo para el que no se tiene las competencias necesarias es el primer acto de corrupción; por lo tanto, es indispensable que los candidatos antes de manifestar su intención de aspirar, analicen si realmente cuentan con las capacidades que se requieren al momento de gobernar, no solamente en lo técnico, sino en lo personal. Será esa entonces, una de las maneras en las que se le logre devolver legitimidad a las instituciones.

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