Las expectativas del 2019

José Adrián Monroy

Ya han transcurrido cuatro días del año y la esperanza que produce el Año Nuevo mantiene el optimismo de que las cosas sean mucho mejores que el 2018; aunque las consecuencias de los fenómenos climáticos continúan golpeándonos, esta vez con un fuerte fenómeno del Niño, la expectativas económicas mejoran un poco frente a lo que fue el año pasado y el panorama político todavía no tiene un horizonte claro puesto que las elecciones regionales se realizarán hasta el mes de octubre.

Una de las grandes sorpresas de 2019 fue el aumento del salario mínimo registrado por el Gobierno nacional, que según lo anunció el presidente Duque es del 6%, siendo el alza más alta de los últimos 25 años, quedando en $828.116; son $46.874 de más que, sumado al subsidio de transporte serían: $925.148. Pese al incremento, es muy difícil que una familia sobreviva con esa cantidad de dinero mensual, sin embargo se le abona el esfuerzo al Gobierno nacional, los gremios y sindicatos.

En lo local, surgen ciertas incertidumbres que deben ser resultas: como la situación de los concejales que por un fallo de segunda instancia de la Procuraduría, los suspende de su ejercicio por nueve meses. Aun cuando se desconoce el fallo, elemento esencial para poder emitir juicios de valor sobre cuál será el paso a seguir para los cabildantes, si es indispensable que este trance se resuelva por el bien de la ciudad, puesto que no sería conveniente que la corporación funcione con solo 4 concejales - los únicos que no fueron suspendidos -.

Sería entonces inaudito, que tan solo 4 concejales radiquen, debatan y aprueben proyectos de acuerdo a iniciativa propia o del Gobierno municipal, surtan trámites ante las comisiones y además realicen control político. Existiría un desequilibrio entre las ramas del poder que no es propio de la administración pública, lo que ocasionaría un problema de gobernabilidad para Ibagué. Y si a lo anterior le sumamos que este año se realizarán las elecciones para elegir Gobernador, diputados, alcaldes y concejales, el hecho de que no exista quien controle el ejercicio del gobierno municipal, podría inclinar la balanza.

Y todavía nos falta las consecuencias de la reforma tributaria (ley de financiamiento) que se aprobó finalizando el año pasado, la reforma política que aún continúa en trámite ante el Congreso y que podría variar las condiciones de las elecciones que se avecinan, y la apuesta por la recuperación de algunos de los escenarios deportivos que tanta falta le hacen a la ciudad. En todo caso, confío en que este año sea significativamente mejor que el 2018 y que todo resulte a favor y beneficio de los ciudadanos.

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