El macondiano caso de la JEP y Santrich

José Adrián Monroy

Esta semana se dio a conocer una historia de esas que sólo suceden aquí, en Colombia. De esas que parecen un chiste y rayan con lo patético. La JEP, Justicia Especial de Paz, fue el tribunal que surgió posterior a los acuerdos de paz suscritos con la guerrilla de las Farc y que se encargaría de juzgar a los sujetos activos en la guerra que se sostuvo entre el Estado y este extinto grupo guerrillero.

La JEP, ha sido fuertemente criticada por cuenta de la laxitud de las penas impuestas a los guerrilleros y porque sus miembros (magistrados), según sus contradictores, tienen una notable inclinación ideológica hacia la izquierda. Pero allí no radica el problema, existe un emblemático caso que se tramita ante esta jurisdicción y del que pende gran parte del futuro de los acuerdos de paz suscritos con las Farc, el proceso de Jesús Santrich.

La historia, en serio, es de no creer. Hasta el pasado 28 de enero era el plazo establecido por la JEP, para recibir por parte de los Estados Unidos todas las pruebas que condujeron a la captura de Santrich por sus vínculos con el narcotráfico, quien aún se encuentra detenido con fines de extradición. La Jurisdicción Especial de Paz, a través de un oficio enviado a la Cancillería y que esta última reenvió al Ministerio de Justicia de Colombia, le pidió a una Corte de Nueva York que enviara el material probatorio (de manera oficial) que compromete a Santrich con un presunto tráfico de estupefacientes. Estas pruebas son clave para determinar la fecha del ilícito y así proceder o no entregar al ex guerrillero a la justicia de ese país.

Pues resulta, que el oficio de petición de pruebas de Santrich nunca llegó ni al gobierno de los Estados Unidos, ni a la corte en Nueva York porque, según la información que obtuvo la Ministra de Justicia, el oficio se habría quedado estancado en Panamá, ¿ah?, cuando había sido enviado desde el 10 de diciembre a través de la empresa de Correos de Colombia 472, ¡Qué tal!

De aquí me surgen varias dudas: ¿cómo es que un oficio enviado por 4-72, de tanta trascendencia, se pierda y aparezca en Panamá? Y si hilamos un poco mas fino, ¿será que el gobierno de Estados Unidos no tiene esas pruebas y armaron todo este espectáculo para boicotear el proceso de paz? O por el contrario, ¿desde aquí se hacen los locos para que las pruebas no lleguen y se concluya que los líderes de las Farc continuaron delinquiendo pese a las prerrogativas del Gobierno? Es evidente que el caso Santrich se convirtió en una papa caliente y que lo sucedido aquí, parece salido de Macondo.

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