Ibagué, Cómo Vamos

José Adrián Monroy

Ibagué Cómo Vamos, es el capítulo para nuestra ciudad de los programas - Cómo Vamos - que se desarrollan en otros lugares del país; en él se define la “Calidad de vida” como el nivel de acceso a los bienes y servicios que tienen y deben tener las personas para que se garantice su bienestar, las condiciones básicas de vida y desarrollo, tanto individual como colectivo de una población.

Por consiguiente se relaciona de manera directa con las oportunidades y reconocimiento que brinda el Estado en la obtención de dichos bienes y servicios, considerados como derechos y capacidades ciudadanas. (Es la Visión del programa).

Año a año se ha venido realizando esta medición, que el miércoles pasado presentó los resultados para el año 2018 teniendo como muestra un total de 999 personas encuestadas, de todos los estratos sociales (1 al 6), con un margen de error máximo de 4,7% y con un nivel de confianza de 95%.

Este sondeo confirma que, para los ibaguereños su ciudad sigue siendo un “buen vividero”, el 81% de los encuestados lo cree y se sienten satisfechos aquí, y el 72% se sienten orgullosos de la capital musical, cifra que incrementó un 15% a lo registrado en 2017.

Este es un avance significativo hacia el sentido de pertenencia que siempre se ha debido tener por nuestra tierra; parte del empuje que se necesita para el desarrollo que queremos de la ciudad, viene del amor que le tengamos a ésta, así que ese optimismo me complace.

En materia de movilidad, el 44% de la población se siente insatisfecha con el estado de las vías, aunque ese nivel de insatisfacción se redujo comparado con años anteriores, sin duda las impopulares medidas adoptadas (reductores, estoperoles, etc) en algunas calles, contribuyeron negativamente en esta encuesta.

En lo que tiene que ver con gobierno, la percepción ciudadana preocupa, según la medición, el 80 % de los encuestados manifestó que la corrupción en Ibagué se mantuvo igual o aumentó, en donde el 52% dijo que la corrupción sigue igual, el 28% que aumentó y el 20% restante que disminuyó. A esto se le suma la imagen desfavorable del Sr. alcalde que se ubicó en el 51% y la del Concejo municipal con un 71% sin contar los que ademas, desaprueban la gestión de la corporación que son el 45%.

Lo anterior demuestra que la confianza y credibilidad por el ejercicio de lo público cada día se pierde más. Es urgente, que todos los actores que componen este sector - Políticos, funcionarios públicos, candidatos etc. - iniciemos un proceso de reivindicación del oficio, que le permita a los ciudadanos tener garantía de que quienes los representan quieren hacer las cosas y hacerlas bien, con honestidad, rectitud y transparencia. Solo así podremos quitarnos ese Inri, que trabajar en lo público sea sinónimo de corrupción.

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