¡Pilas con el desempleo!

José Adrián Monroy

Mientras las principales noticias, debates y miradas de la opinión pública están dedicadas a temas como el de Santrich, quien equivocadamente se convirtió en la imagen de los acuerdos de paz, o lo que sucede con Venezuela, que aunque es muy lamentable, se le dedica demasiado tiempo a buscarle solución a su problema cuando no depende de nosotros; o le “botamos corriente” a que si se fuma o no en los parques, cuando hay un mal que se está comiendo al país y que poco o nada ha recibido la atención que realmente merece, el desempleo.

Sin temor a equivocarme, el problema económico más grande de Colombia es la falta de empleo. En los últimos cinco meses la cifras se sostienen sobre los dos dígitos, durante abril, la tasa de desempleo alcanzó el 10,3% a nivel nacional; de hecho, según los datos del Dane, la economía destruyó alrededor de 775.000 puestos de trabajo en el último año, una cantidad que no se veía desde finales de 2008. Siendo golpeados sectores como la agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca, con una caída en el número de ocupados de más de 327.000 personas.

Hace unos pocos días lo advirtió el gerente del Banco de la República al decir: “el estancamiento de la economía, la polarización política, el freno de la inversión y el aumento del desempleo en prácticamente todas las regiones del país y en la mayoría de los sectores productivos”; y los números avalan sus afirmaciones, la tasa de desempleo urbano en las 13 áreas metropolitanas que tiene nuestro país para el mes abril se ubicó en el 11,1%.

En cuanto al género y a la edad, la tasa de desempleo de las mujeres alcanzó el 13%, cerca de cinco puntos porcentuales por encima del de los hombres (8,4%). Y el desempleo juvenil alcanzó 18,5%.

En Ibagué el panorama no es diferente a lo que pasa en el resto del país, con el agravante que, según el Dane, la informalidad en el primer trimestre del año alcanzó el 52,7%, es decir, que de las 233 mil personas que estuvieron ocupadas, 123 mil lo hacen de manera informal.

Lógicamente, que más de la mitad de los trabajadores de esta ciudad sean informales, significa que las políticas de aumento de impuestos a comerciantes y la ausencia total de estímulos resulte en que sea muy costoso sostenerse en la formalidad, reduciendo las posibilidades de empleos justos, estables y con la seguridad social establecida por la ley.

Ya es hora que los debates en Ibagué y en el país giren sobre lo verdaderamente importante, somos unos “verracos” para rasgarnos las vestiduras y pelar por nimiedades, por cosas superficiales y sin trascendencia. La desaceleración económica nos pegó y de qué manera, así que ¡pilas con el desempleo!.

Comentarios