Mi casa está de fiesta

José Adrián Monroy

“Mi casa está de fiesta”, es la frase con la que, desde hace algún tiempo, se promocionan las fiestas de Ibagué y el Tolima. Este año se realiza la versión numero 47 del festival folclórico colombiano, con actividades que conmemoran los tradicionales festejos de San Juan y el San Pedro.

Creo entonces necesario, conocer la historia del por qué celebramos San Juan y San Pedro. Estas fiestas surgen como herencia de las costumbres españolas, producto de la fusión entre la celebración del solsticio de verano y las tradiciones religiosas Cristianas que conmemoran los días de los Santos Juan y Pedro que coinciden en el mes de junio.

En Nuestra ciudad, por ejemplo, los ibaguereños vestían sus canoas cargadas con los mejores frutos de sus cosechas y recorrían en desfile el río Combeima como ofrenda a San Juan. Posteriormente, en el año de 1959, Adriano Tribín Piedrahita tuvo la idea de darle cumplimiento a un Acuerdo municipal dictado por el Concejo, a iniciativa del edil Enrique Silva Cabrera, que ordenaba: “la realización de un festival folclórico de carácter eminentemente doméstico. Se trataba de estimular en Ibagué y en sus veredas nuestro versátil y característico amor por los valores tradicionales y autóctonos y nuestra inagotable vena vernácula, llena de música, de misterio y de colorido”.

Fue así como surgió, que año a año se lleven a cabo en nuestro departamento festividades en diferentes municipios, con el ánimo de fortalecer y salvaguardar nuestras costumbres e idiosincracia. Sin embargo, hablando particularmente de la capital musical, es una lástima que en el marco del festival folclórico no se hayan propiciado unas zonas de intercambios culturales que generen un epicentro de crecimiento profesional que le sirva a los artistas locales, que a su vez sirva de plataforma para atraer a los turistas con conciertos de grandes y reconocidos cantantes que ayudarían a rescatar la identidad desperdiciada que tenemos de ciudad musical, exaltando lugares que ofrezcan comida típica y así sacar provecho de nuestras raíces para lograr un desarrollo económico y comercial de la que se beneficiarían hoteles, restaurantes, bares, etc.

Tomemos como ejemplo exitoso lo que viene haciendo Neiva, que de este sector del país ya se convirtió en un referente obligado de folclor, tradición y espectáculo. Espero que para el próximo cuatrienio se entienda que no es celebrar por celebrar, es hacerlo pero con visión de desarrollo.

Nota. Lo que no es motivo de celebración, es el anuncio que dio el Alcalde de Ibagué, en donde desafortunadamente informa que no se alcanza a suscribir el convenio con el Gobierno nacional para los 45 mil millones que apalancarían la reconstrucción de los escenarios deportivos de Ibagué. Continúa el vía crucis y la espera …

Comentarios