El maldito narcotráfico

José Adrián Monroy

El pasado 25 de junio la Organización de Naciones Unidas ONU, presentó su informe mundial sobre drogas, en donde Colombia es un antagonista de primer nivel puesto que, según la ONU, aquí se produce el 70% de la cocaína que se consume en el planeta; esto, sumado a las cifras de aumento de drogadictos en el mundo, lo que una vez mas confirma que el narcotráfico, es el principal problema de nuestro país.

Ha sido el cultivo, procesamiento y tráfico de estupefacientes, el combustible de todas las formas de violencia que hemos tenido que padecer los colombianos. Del narcotráfico se han financiado las guerrillas, los paramilitares, bandas criminales, carteles, grupos emergentes, águilas negras y demás, que en las últimas décadas han dado una pelea sin fin por seguir en el negocio y beneficiarse de sus incalculables rendimientos económicos.

Por el negocio del narcotráfico se desprenden, además de la violencia que se genera en el campo y en las ciudades por la posesión territorial y el microtráfico, un gran problema de productividad, debido a que las tierras que se utilizan para el cultivo de drogas podrían ser empleadas para otra clase de productos, pero el subdesarrollo que se vive en el sector rural de esta nación no permite que exista una oportunidad real de sustitución para los campesinos que, en la mayoría de ocasiones, a las malas, les toca hacer parte de esta cadena de muerte. Desgraciadamente se está regresando a la zonas vedadas, donde ni el ejército puede entrar.

Adicionalmente, se pasó de ser cultivadores de droga a consumidores, lo que se convierte en un grave problema de salud publica que continuará dañando personas y familias. Sin dejar de lado la cultura de ilegalidad que existe y que se auspicia con este negocio, pues muchos ven en esta clase de actividades ilícitas una oportunidad de vida y otro tanto resultan admirando a quienes lo hacen.

Y ni que hablar de los líderes sociales, muchos son asesinados por denunciar “jíbaros” al momento de defender sus barrios, por pedir sustitución o recuperación de tierras que están a manos de carteles mafiosos en sus municipios; los móviles de los asesinatos no siempre son políticos, hasta allá llega el maldito narcotráfico.

Es urgente, que desde el Gobierno nacional se luche frontalmente contra este flagelo, no se puede seguir distrayendo esfuerzos y recursos en dificultades intrascendentes; y menos en seguir encasillando al país en discusiones como las de la JEP, Santrich o en cualquier otro tema superfluo e inútil.

El narcotráfico lleva golpeándonos durante años y todo se centra en si es el glifosato o no la salida, en lugar de iniciar una ofensiva sin cuartel en contra de las estructuras criminales. Por favor, Presidente Duque es justo, es inminente y exageradamente necesario.

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