Las enseñanzas de Egan

José Adrián Monroy

Una vez más, el deporte demuestra que es un factor de unión en este polarizado y dividido país.

Egan Arley Bernal Gómez, de 22 años, es el nuevo campeón del Tour de Francia, la carrera ciclística mas importante del mundo; esta proeza deportiva nos despertó un sentimiento patrio que espontáneamente floreció en todos los rincones de esta nación y que por momentos nos hizo olvidar de los temas habituales que generan discordia entre nosotros.

Pese a todas las dificultades, el deporte se convirtió en un elemento de desarrollo para esta sociedad que no ha recibido la atención y el apoyo que merece.

Con la fuerza de hacer las cosas con el corazón y la voluntad que surge de la necesidad, se han tenido que abrir paso los grandes deportistas colombianos, que como Egan, solo reciben la mirada del Gobierno nacional y de los medios de comunicación cuando alcanzan un valioso triunfo; poco a poco el Estado ha venido entendiendo que la práctica del deporte, además de arrebatarle nuestros jóvenes al mundo de la droga, se constituye en un proyecto de vida del cual pueden vivir familias enteras.

El gobierno del presidente Duque anunció el cierre de Coldeportes para crear el Ministerio del Deporte, que para el año 2020 tan solo contará con un presupuesto de 500 mil millones de pesos según el Dr. Lucena, quien será su Ministro.

Aunque sigue faltando mucho, es un avance significativo hacia la consolidación del deporte como una verdadera política pública.

Finalmente, adicional a que en el deporte hay futuro, que los sueños con disciplina y esfuerzo sí pueden alcanzarse, la lección más importante que nos deja el éxito de Egan Bernal, ha sido su humildad; pero no la humildad que equivocadamente muchos asocian con pobreza, es esa que consiste en tener conocimiento de sus propias limitaciones y debilidades y en actuar de acuerdo con su realidad. Como lo decía el cubano José Ángel Buesa: “solo es grande en la vida, quien sabe ser pequeño”

Con los pies en la tierra, este ciclista nacido en Zipaquirá, Cundinamarca, ha mostrado la sencillez y el desprendimiento que se debería tener en todos los ámbitos de la vida.

Lejos de la arrogancia que podría producir ser uno de los ciclistas más publicitados del momento, su principal logro y por el cual ya trascendió por encima de su nivel deportivo, es su personalidad.

Que gran enseñanza nos da este zipaquireño; así que antes de vanagloriarse de su profesión, su posición social o su dinero, sus estudios o talento, jáctense de se ser buenas personas, eso si debe ser un motivo de orgullo.

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