El populismo electoral

José Adrián Monroy

El próximo domingo 27 de octubre se realizarán las elecciones para elegir Gobernador, alcaldes, diputados y concejales, y fue inevitable vivir en este proceso de campaña electoral que los candidatos utilizaran todo tipo de estrategias y mecanismos para poder persuadir votantes, entre ellos, el mal intencionado populismo.

El populismo es una tendencia política que generalmente es ejercida por sujetos carismáticos y con facilidad de expresión, que pregonan superficiales propuestas de igualdad social y movilización popular con un claro predominio de argumentos mas emocionales que racionales.

He escuchado a populistas en Ibagué diciendo que ellos son los únicos que pueden sacar a la ciudad del atraso en el que se encuentra; también, tienen la habilidad de hacer creer que no son ellos, sino el mismísimo pueblo a través suyo quien gobernará, y los que no lo entiendan así, pasarán a ser sus opositores políticos catalogándolos de peligrosos y antisociales, porque si no están con ellos, están contra ellos y contra los supuestos intereses del pueblo.

Hoy las redes sociales son su mejor aliado, por este medio se creen los dueños de la moral y la verdad, desinforman, se atacan entre sí, arman shows en donde alegan presuntas presiones, amenazas y persecuciones con el único propósito de victimizarse para obtener mayores seguidores y réditos politiqueros.

Todo esto, es una muestra de lo que se ha padecido en los meses previos a la elección en Ibagué, logrando desviar la atención frente a lo que si es importante: el desarrollo, bienestar y futuro de la ciudad. No tuvieron relevancia, en este debate electoral, temas trascendentales como una política pública de empleo para los ibaguereños, de qué manera se reactivará el desarrollo económico en donde se fortalezca e integre el comercio de bienes, servicios, el turismo, el sector rural, la industria cultural y agrícola; poco se habló de cómo solucionar los problemas de movilidad que se tienen y de cómo avanzaremos en materia de infraestructura.

Finalmente, lo bueno que nos deja esta experiencia es que no se debe volver a repetir, la idea es que el ejercicio político evolucione y se aprenda que en ese oficio como en la vida: ¡no todo vale!. Así que no puede seguir haciendo escuela en nuestra sociedad que el fin justifica los medios; el camino que se recorre para alcanzar un objetivo también es valioso, puede ser tan gratificante como llegar. Por lo tanto, los invito a que al momento de tomar la decisión sobre a quien le depositarán su voto de confianza, hagan un análisis concienzudo y responsable, toda vez que en las manos de todos está el destino de Ibagué en el próximo cuatrienio.

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