El aborto, derecho y deber

José Adrián Monroy

Desde el año pasado advertí en mi columna: “¿Qué pasará con el aborto?”, la necesidad de que el gobierno nacional reglamentara todo lo que concierne al aborto en el país.
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Como bien se sabe, la Corte Constitucional hace ya 14 años, despenalizó la interrupción voluntaria del embarazo en tres casos: Cuando el embarazo pone en peligro la salud —física o mental— de la mujer o su vida, cuando el embarazo es resultado de una violación o de incesto, o cuando hay malformaciones del feto que son incompatibles con la vida por fuera del útero.

De nuevo el tema genera controversia. El magistrado de la Corte Constitucional, Alejandro Linares, presentó un proyecto de fallo en el que propone que las mujeres puedan interrumpir su embarazo libremente sin ninguna causal antes de los cuatro meses, es decir, 16 semanas ante cualquier circunstancia. Después de ese tiempo, aplicaría la posibilidad de realizarlo solo en los tres casos ya contemplados por la misma Corte. 

Por lo sensible que significa hablar sobre el aborto, considero que deben estar al margen del debate los pensamientos religiosos, morales, éticos y mucho menos políticos; todos ellos, contribuyen negativamente alimentando el odio y la polarización que se volvió costumbre en nuestra sociedad, por lo que la discusión tiene que centrarse exclusivamente en lo médico y en lo jurídico, que en últimas, le darán un poco mas de objetividad a la polémica.

En cuanto a lo jurídico, el magistrado Linares hace una propuesta que ya se ha aplicado en otros países,  como solución al vacío legal que existe sobre la materia, ya que el congreso, a pesar de los múltiples intentos por hacerlo, no ha podido lograr un consenso para crear una ley que defina y reglamente el aborto en el país. En este sentido, Profamilia realizó una ponencia en la que señala que anualmente en Colombia se practican un poco más de 400.000 abortos, de los cuales apenas el 0,08 % son legales,  por lo que  la clandestinidad, se convirtió en el camino más fácil para que se realicen esta clase de procedimientos poniendo en alto riesgo la vida de las mujeres. Además, la Corte Constitucional enfatiza en un concepto suscrito por el código civil, que establece que es persona, el ser humano que es capaz de respirar por sí mismo, separado de su madre.

Ahora bien, en lo que a lo médico - científico respecta, no existe un criterio uniforme frente al tiempo en el que el feto puede empezar a sentir dolor, pero sí coinciden en que es la semana 15 de gestación el plazo idóneo para interrumpir un embarazo, pues solo hasta ese momento los procedimientos son sencillos, seguros y no quirúrgicos,  pero también le permiten a la mujer tener un tiempo razonable para recibir la información necesaria para decidir. Lo anterior, lo ratificó Profamilia al informar que en su experiencia, el 94 por ciento de las mujeres que solicitan un aborto lo hacen antes de las 15 semanas.

Finalmente, es necesario establecer un límite que permita garantizar el derecho de las mujeres a la salud y a la libre determinación, sin afectar el derecho del bebé que viene en camino, pues no puede convertirse un aborto en una práctica anticonceptiva; así que no basta con exigir derechos, también existen deberes. 

JOSÉ ADRIÁN MONROY

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