El decreto de Dios

“Al César lo que es del César y a Dios lo que es Dios”, (Mateo 22, 21). Sorprendente expresión de Jesús, pronunciada cuando los fariseos buscaron corcharlo preguntándole si era legal que,

cristianos con el Dios de Israel como supremo regente, pagasen tributos al César, emperador pagano que rendía culto a diversas divinidades. Con esta docta respuesta legitimó el poder civil, en este caso, el de  Roma sobre Oriente Medio.



Entonces Alfredo Vega, pastor de la Iglesia Misionera de Macedonia y Alcalde de Aguachica-Cesar, infringió la “ley divina” cuando, por decreto, consagró a Dios el Municipio, además, pidiéndole que se lo ayudara a gobernar. Me queda una incógnita. ¿A cual de los Dioses con exclusividad de ser únicos y que forman trinidad perfecta, hizo la consagración? Porque Yahvé aprueba el estado confesional, pero el poder civil lo deja en quien debe manejarlo. Elí, como vimos, no le jala a inmiscuirse en el orden civil. Al único que le gusta la teocracia es a Alá. No, me equivoco, les encanta a los musulmanes fanáticos.


Luego, es probable que los aguachiquenses tengan como Alcalde un exaltado musulmán travestido de cristiano. Entonces, sus gobernados, incluyendo quienes abrazan otras religiones, sectas y cultos monoteístas, como también, brujos y chamanes politeístas, deben exigirle que salga del closet. Además, deben ponerlo a que lea la Constitución del 91 que, no obstante, dejar vigente el Concordato, sacó a Colombia del oscurantismo confesional, imponiendo libertad de cultos. Por eso, aunque las creencias son de ámbito privado, Vega puede gritar libremente su credo, mas no ordenar decretos ilegales, basado en la no obligatoriedad, porque los decretos emanados del Poder Ejecutivo se acatan por todos los ciudadanos, salvo que en algún punto diga lo contrario y, este no es el caso.


Vega en vez de hacer el ridículo, debe dedicarse a solucionar los múltiples problemas de Aguachica, ocupado por poco más de 100 mil habitantes, cuyo 60 por ciento, en mayoría de estratos uno y dos, no tiene necesidades básicas satisfechas ni está afiliado al régimen subsidiado de salud. Su sector urbano no tiene cobertura de servicio de aseo y su deprimido sector rural, tiene mayoría de veredas acarreando agua o tomándola de pozos o aljibes, usando pozos sépticos porque el alcantarillado es inexistente y  depositando basuras a cielo abierto porque no hay un sistema recolector.


Con seguridad y tres cuartos, los Dioses se ocupan de menesteres incorpóreos, no a remediar dificultades  gubernativas terrenales. Luego, los gobernante en vez de imaginar soluciones dadas por el reino celestial, deben dedicarse a administrar su ente territorial con gran voluntad política y excelente gestión, para así lograr poner en marcha y culminar un muy buen plan de desarrollo económico y social, pues para eso son elegidos.


Credito
AMPARO MAGARITA MORALES FERIA

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