Televisión basura

La televisión es un sistema de comunicación que transmite sonidos e imágenes pregrabadas y en vivo como los llamados directos.

Hace 85 años fue pionera en envió de esta señal la BBC de Londres. Tres años después lo hicieron las americanas CBS y NBC. En hacer programación también fue pionera Inglaterra en 1936, Estados Unidos lo hizo 3 años más tarde. Ya en la segunda mitad del siglo XX el sistema se introdujo en todos los países europeos y americanos. 


En Colombia, la adoptó el Estado en 1954, haciendo énfasis en educación y cultura con contenido bastante acartonado. Luego, concesionó espacios que programaron cultura y sana diversión para varias generaciones. En 1979 concedió licencias  a canales privados, entre ellos, RCN y Caracol, coyuntura que la posicionó igual que prensa y radio, como medio masivo de comunicación y publicidad.  Hoy, el 95 por ciento de hogares tiene televisor y un 70 por ciento de ciudadanos ve mínimo una hora diaria de programación. 

Convertida en producto de alto consumo, sobre todo, en niños y jóvenes, la televisión tiene obligación de ofrecer contenidos tanto de buena calidad como recreativos y culturales que eduquen al televidente. En este caso, RCN, en muchas ocasiones atinó con excelentes productos en factura y contenido, tipo La Pola y otras series con buenos argumentos. Sin embargo,  los abandonó y empezó a pauperizar sus horarios banalizando noticieros, introduciendo realities, mejicanizando telenovelas y, el summun, la ”Señorita  Laura” y su carro sanduchero. 

Vamos al reality en horario Triple A. En vez de aptitudes artísticas, esos desequilibrados, todos mayores de edad con problemas personales sin resolver y poco o nulo talento, muestran sólo vulgaridad, chabacanería, irrespeto, antivalores, amoralidad, riñas, agresiones verbales y físicas, indignidad femenina y masculina exhibiendo carnes, idilios y triángulos amorosos express, con actitudes o caricias que rayan en pornografía. 

Dicen que los realities son concebidos para alzar raiting y, así obtener múltiples patrocinios. Luego los planean para generar polémicas y conflictos, exacerbando y exaltando las bajas emociones de los participantes e idiotizando al televidente. 

Agreguémosle que “Colombia es Pasión”, entonces, no razona, no tiene sentido crítico, por el cual no favorece al menos peor, sino a un histérico, inculto, manipulador, insoportable con síndrome de Peter Pan, cuyo exagerado actuar amanerado no le hace nada bien a la comunidad gay.

Exijamos una televisión responsable, amigable y acorde con la situación del país, que instruya y no embrutezca, que  colabore para construir un resistente tejido social que lleve a alcanzar la paz, logrando una Colombia más igualitaria, más civil, más incluyente, por ende, más desarrollada. En resumen, no permitamos más la imposición de televisión basura. La protesta ya esta aflorando en las redes sociales, entre ellas, en Facebook con “Boicot a RCN y Caracol”.

amargarita8@gmail.com

Credito
AMPARO MARGARITA MORALES FERIA

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