La Ley de cuotas

Con inteligencia y valentía, la mujer colombiana siempre ha participado en movimientos sociales, económicos y políticos.

No obstante, para conseguir reivindicaciones frente a una sociedad añeja, obtusa  y patriarcal, opuesta a ofrecerle oportunidades, le ha costado años de lucha. Ejemplo. Elaborando la Constitución del 86, José María Samper sostuvo que la mujer no nacía para hacer política, sino gobernar el hogar, seguir las costumbres y ser modelo de delicadas virtudes. Contra todo pronóstico, en 1954 obtuvo derecho a elegir y ser elegida.
 
En los 58 años transcurridos la Ley le ha otorgado equilibrios que no se cumplen, por ende, aun no goza de equidad total. Ejemplo. En 2000, Colombia aprobó la Ley de Cuotas. Es decir, en poderes Ejecutivo y Judicial, en cargos de carácter decisorio por nombramiento, tiene que ser representada con mínimo un 30 por ciento. Desde 2011, se exige lo mismo a los partidos que, en elecciones populares, presenten listas con más de cinco curules. Empero, entre más de mil instituciones estatales sólo 137 cumplen la normativa y los partidos argumentan que es difícil encontrar mujeres comprometidas en política.
 
La verdad, “muchos y muchas”, como dicen ahora en ridícula moda gramatical, no asumieron la Ley de Cuotas  como oportunidad para abolir referentes colectivos discriminatorios, sino como cacaraqueo “feminista”, un término mandado a recoger. Es tal la indiferencia, que la Sala de Administración del Consejo Superior de la judicatura, omitió la cuota femenina entre aspirantes a magistrados de la Corte Suprema. El error sí generó protestas, pero sólo dirigidas hacia la incompetencia del Consejo y no al craso olvido.
 
Referente a Ibagué. De 20 personas que vi en fotografía del Gabinete Municipal, observé sólo dos mujeres. Entonces, pensé que el fotógrafo podría haber sido el mismísimo de la publicidad televisiva que le decía a quien no quería encuadrar: “córrase,  córrase”. Y, que para realizar la fotografía en cuestión, seguramente, habría dicho: “chite, chite”, al resto de mujeres que completaban la Cuota en el Gabinete. En cambio, la realidad es que si por la Alcaldía llueve por el Departamento y sus municipios, no escampa. Entonces, Gobernador, Alcalde de Ibagué y alcaldes de los 47 municipios de Tolima, ¿será que terminarán sus mandatos sin cumplir la Ley de Cuotas o, mejor, sin  hacer  realidad la participación femenina en sus gabinetes?
 
Post scriptum/ El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo-PNUD, afirma que para progresar es fundamental obtener equidad entre géneros, reivindicación de derechos humanos y justicia social. Por este motivo, junto al Ministerio del Interior, lidera reuniones para concientizar, fortalecer y visibilizar la gestión política y participativa femenina. El viernes pasado realizó en Ibagué, la Cumbre Departamental de las escasas alcaldesas, diputadas, concejales y ediles tolimenses, elegidas por voto popular.

Credito
AMPARO MARGARITA MORALES FERIA

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