Venezuela sin Chávez – II

El jueves pasado finalicé el artículo afirmando que el legado de Chávez es una mortífera manzana, que no se sabe cómo tendrán que empezar a mordisquear los venezolanos.

 Así las cosas, cualquier desenlace puede ocurrir. Sin embargo, por ahora nada cambiará, quien lo intente la lleva perdida, pues tendrá que luchar no solamente contra un mero partido, sino contra el maquiavélico sistema instaurado por Chávez: un Estado en contra del Estado soberano.

Sumando que quienes lactaron del chavismo no soltarán la teta. Ya vimos con que artimañas buscan sobrevivir. Inicialmente, aprovecharon la enfermedad, luego el cadáver. Ahora, con ebriedad mística buscan crear un mito. Lo palpamos con dos procesiones kilométricas, pantagruélica y faraónica exposición perpetua de la osamenta momificada, más otros estrambóticos hechos. Además de, burlonamente, jugar con la fe cristiana, afirmando que el disecado influyó en el cielo para nombrar papa latinoamericano. Falta que exijan canonización, atribuyéndole el milagrito que un camionero haya podido ser presidente de Venezuela.


Es claro, no existe uno sólo de ellos que llene el vacío del  megalómano, pues ninguno ostenta estrambótica personalidad. ¿Cómo imitar los libretos del “dios” que vino a guiar, hipnotizar y embaucar adeptos, con interminables charlas televisivas haciendo creer las “maravillas” de su revolución? Para tapar la falencia ya echaron mano de la manida retórica revolucionaria: Gringos inoculando sarcoma a Chávez, inexistentes persecuciones, oposición falaz y mentirosa. Y, otras más descabelladas afirmaciones. Además, si Maduro ganase las elecciones, encubrirá el desastre económico heredado, endureciendo el congénito autoritarismo de la izquierda.

Hoy, Chávez es un codiciado botín, con muchas aves de rapiña tras él. Entre ellas, Maduro que por biche, comete el soberbio error de creerse no sólo el heredero, sino también el hijo del Autócrata. Prepotencia que tarde que temprano será cobrada, saliendo a flote sordos conflictos, resquemores y resentimientos que, con sus favorecimientos, el mismo Chávez creo entre civiles y militares, revolucionarios y capitalistas, nacionalistas y marxistas.

De esta manera, la situación irá de mal en peor. El Socialismo Siglo 21 que, como régimen populista dictatorial, concentró el poder en una sola persona, terminará exactamente en nada, pero sólo después de causar muchos más desastres. Ojalá, alcance el día en que el chavismo haga implosión, igual como ha ocurrido con todas las dictaduras que, en sociedades complejas, han pretendido implantar homogeneidad de pensamiento y acción. Y, más en una latinoamericana que no tiene genes teutones obedientes y disciplinados.


No creo en una transición tranquila de populismo hacia una representativa y verdadera democracia como lo hizo México. Lo más probable es que, con Cabello a la cabeza, quede en manos militares como le pasó a Argentina después del peronismo. Entonces sí, pobre Venezuela, irá segura al matadero con muchos más años de desgracia.


amargarita8@hotmail.com

Credito
AMPARO MARGARITA MORALES FERIA

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