Confidenciales Políticos

Hermógenes Nagles

Mediante reuniones a puerta cerrada y audiencias públicas, congreso, partidos políticos y gobierno pactaron su unidad monolítica para aprobar la Reforma Constitucional de Equilibrio de Poderes.

En términos políticos, ello quiere decir que el Fiscal no va más como aliado del gobierno Santos, pues ha sido declarado “mentalmente loco”, por sugerir públicamente el hundimiento de ese proyecto de Acto Legislativo y proponer, en cambio, la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente que se ocupe de revisar y dar un vuelco al sistema judicial.

Algunos parlamentarios del sanedrín del Mininterior Juan Fernando Cristo ya comenzaron a decir que el doctor Montealegre por sus composturas de izquierda y antigubernamentales no parece un Fiscal General de la Nación, sino un guerrillero de las Farc. Horacio Serpa Uribe piensa que “Colombia quiere un Fiscal optimista y tranquilo”.

Otro senador, el tolimense Guillermo Santos cree que la manguala que se ha montado esta vez para sacar adelante el Equilibrio de Poderes demuestra una vez más que el Congreso actúa como un apéndice del gobierno. Cuestiona, por ejemplo, que en esa reforma se pretenda eliminar la incompatibilidad que siempre ha existió constitucionalmente para que los congresistas sean designados ministros o embajadores durante el periodo para el cual han sido elegidos. “Esa reforma ubica al Congreso en situación de dependencia de la figura Presidencial. En un rehén de las dádivas y el presupuesto público, enteramente administrado por el Gobierno”, sostiene.

Gobernación del Tolima

En estas cumbres de los poderes políticos y de las cortes al que hemos visto muy amacizado con el Primer ministro de la Presidencia, Néstor Humberto Martínez, es al parlamentario tolimense y miembro de la Comisión Primera de la Cámara de Representantes, Carlos Edward Osorio, quien forma parte de la Comisión de ponentes de la Reforma de Equilibrio de Poderes de esa Corporación.

Al representante Osorio le he preguntado tres veces cuándo va destaparse en materia de candidaturas a la gobernación del Tolima, si acompañará a Mauricio Jaramillo por ser él miembro del Partido de la U, o si va a meterla toda por Óscar Barreto, su viejo amigo y aliado político y las tres veces me ha dado un pretexto y sale corriendo con un “ya vuelvo”, “ya hablamos de eso”.

Isagén

El senador Robledo se ha vuelto el Santo de devoción de los movimientos radicales que se oponen a la venta de Isagén: en estos últimos días, cuando el Congreso se alista para votar la enajenación de esa empresa pública energética nacional, los sindicalistas se hacen tomar fotos con él y le piden que no permita, por nada del mundo, que el gobierno le vaya a echar serrucho a una gran empresa del Estado que produce utilidades aproximadas a los quinientos mil millones de pesos, entregándola a una multinacional canadiense por cinco billones de pesos. Los sindicalistas dicen que con esa plata Santos le quiere hacer la campaña para que funja como su sucesor en la Casa de Nariño a su ministro de Hacienda y cuasi hermano, Mauricio Cárdenas Santamaría. A la venta de Isagén se opone medio congreso de la República y hasta el Contralor General de la República, quien advierte que por vender a esa entidad comercial del Estado, Santos y su equipo ministerial podrían incurrir en delito de detrimento patrimonial.

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