Confidenciales Políticos

Hermógenes Nagles

Me cuentan que el expresidente Álvaro Uribe Vélez vino a Ibagué, se reunió con cuatro gatos y repartió avales que terminaron armando gazapera al interior del partido Centro Democrático en el Tolima.

Las credenciales dadas por Uribe a Francisco Mejía para la Gobernación del Tolima y Emmanuel Arango para la Alcaldía de Ibagué se convirtieron en la primera pifiada de esta época preelectoral y desinflaron tanto a los tolimenses, antiguos fanáticos del expresidente de Corazón Grande que esta vez no concurrieron a las convocatorias hechas por ese partido el pasado lunes, primero al Hotel Ambalá y luego a un almuerzo de empresarios. En el céntrico hotel el salón estuvo a medio llenar y eso que a última hora tuvieron que recoger sillas y mesas para que no se viera tan vacío.

¿Será que el nombre de Álvaro Uribe ya no es tan taquillero como sí lo fue en las elecciones de Congreso y presidenciales del 2014?. Parece que con esos candidatos que el Centro Democrático anuncia se dará la “pela” en las elecciones de octubre su favoritismo tiende a la baja.

La guerra de los avales que está acabado con el partido Cambio Radical en la costa colombiana se trasladó a Ibagué y está generando zambra en el partido Liberal, pues son muchos los descontentos y lo peor de todo es que los candidatos rechazados a alcaldías, asambleas y concejos municipales están armando movimientos de resistencia ciudadana y anuncian sumarse a organizaciones políticas pequeñas como Alianza Social Independiente, Partido Verde y el Movimiento Maíz, que ha puesto de moda en Ibagué el exalcalde (e) de Bogotá, Guillermo Alfonso Jaramillo. Otro buen número de “rajados” están dispuestos a ganar sus cargos mediante recolección de firmas, lo que le hace subir audiencia a candidatos suprapartidistas como Carlos García Orjuela y Óscar Barreto, quienes les abren las puertas de sus campañas diciendo “venid a mí y se os dará todo lo que pidáis”.

Eso por lo menos sucedió en Lérida donde el partido Liberal le negó el aval a Carolina Hurtado y ella en actitud de rebeldía terminó diciéndole “adiós” a la campaña de Mauricio Jaramillo y apoyando el nombre del exgobernador Barreto a la Gobernación del Tolima. En Roncesvalles, el liberalismo repitió la pifiada con el médico y líder comunitario, José Manuel García, quien aspira a la alcaldía de ese municipio. En Alvarado se repitió la misma historia con el reconocido dirigente archiliberal, Liserio Bejarano. En Melgar, el aval del partido Liberal favoreció a Álvaro Tamayo dejándose en el asfalto la candidatura de reconocidos líderes que abrasaban la causa liberal.

La última renuncia al partido Liberal del Tolima la acaba de presentar el empresario Bernardo Antonio López, exconcejal y excandidato a la Asamblea departamental quien comanda un interesante movimiento ciudadano que quiere llegar con ideas frescas y renovadoras a la alcaldía de El Carmen, pero las directivas de la colectividad roja en el Tolima le negaron el aval argumentando que por cuestiones de disciplina interna tenían que otorgárselo a un miembro del partido de la Unidad Nacional, al señor Emiliano Salcedo, dejando con un palmo de narices a curtidos dirigentes como Germán Mogollón, Martha Perdomo y al mismo Bernardo López.

En su misiva, López reclama que en el Tolima el liberalismo colombiano decayó en la vieja mañana de escoger a dedo a los que serán sus próximos gobernantes. “Harta falta le hace al partido cumplir con la palabra empeñada de sacar candidatos a elecciones regional por consenso, producto de consultas populares, como lo prometió en su última visita el director de la colectividad, el senador Horacio Serpa Uribe”, apunta el dimitente.

El recién renunciado candidato del liberalismo adelanta conversaciones para trabajar su candidatura recogiendo firmas al lado de Carlos García Orjuela.

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