Confidenciales políticos

Hermógenes Nagles

A propósito de mi reciente comentario sobre el round verbal sostenido por Francisco José Mejía y el representante a la Cámara Pierre García, el exsenador Carlos García Orjuela me ha hecho llegar una serie de escritos periodísticos publicados en El Nuevo Día en 2008 y 2009 y que llevan la firma del mismo Pacho Mejía, donde el actual pupilo de Paloma Valencia a la Gobernación del Tolima endiosa al exsenador García, pone su voz en el cielo y clama justicia para el expresidente del Congreso, al cual no duda en declarar inocente víctima de un oprobioso proceso de parapolítica que se le siguió en la Fiscalía General de la Nación, montado sobre falsos testigos y que le privaron de su libertad durante casi dos años.

Por las vueltas de campana que da la politiquería, hoy Francisco Mejía, enfundado bajo la camiseta de candidato del Centro Democrático al primer cargo del Departamento, señala a García Orjuela como miembro de la vieja clase política, lleno de mañas y resabios y acusa a su hijo Pierre de actuar como ventrílocuo de su papá.

Entre otros escritos de Pacho, que lo evidencian como antiguo garciíista orejulista, me llaman la atención los titulados: El senador que perdió el Tolima y La dictadura de los jueces, donde dice que la justicia colombiana está tan politizada como la de España y hace un parangón entre el juicio a García y el juicio a Manuel Rosales, famoso activista también encarcelado injustamente, víctima de la peor persecución política. Leamos en dos párrafos siguientes lo que escribió en aquel entonces Pacho Mejía:

Escrito 1: La dictadura de los jueces. “Ayer se utilizaba el magnicidio para eliminar movimientos políticos, hoy aparecen unos impostores togados, deshonrando la majestad de la justicia, que encarcelan sin pruebas e intimidan a aquellos congresistas que no votan en el sentido de sus designios. Luego de que la Corte Suprema abriera investigación preliminar contra 80 representantes por votar el referendo, instaurando así el delito de opinión en nuestro país, ya nadie duda de que perdió su rumbo constitucional y que está dedicada a perseguir al gobierno. Pero lo peor de esa oposición visceral que está ejerciendo parte del poder judicial, es el drama de sus víctimas, los falsos positivos judiciales. De ellos no nos podemos olvidar, con ellos debemos tener toda nuestra solidaridad, así como la tenemos con los secuestrados, no importa si comulgamos con sus ideas o no, es un deber de todo demócrata exigir su libertad. No podemos olvidar que el exsenador Carlos García sigue en la cárcel por supuestos vínculos con paramilitares, sin que exista una sola prueba en su contra, más que las declaraciones contradictorias de unos bandidos seducidos con dádivas por la Corte de marras”.

Escrito 2: El Senador que perdió el Tolima: “Hoy, cuando el Tolima necesita del concurso de sus mejores hombres para enfrentar los enormes retos como la pobreza, el desempleo y la seguridad, entre otros, unos jueces politizados arrebatan a una comunidad agobiada al senador con más capacidad de interlocución con el Gobierno central. La prolífica carrera del doctor García incluye haber sido ponente de la Ley de presupuesto de la Nación varias veces, artífice de muchos mecanismos de fomento del sector agropecuario, como los incentivos a cultivos de tardío rendimiento e iniciativas para profundizar el mercado de valores, entre otros.

Un senador estrella al momento de abordar los grandes temas nacionales, pero también muy eficaz y compasivo resolviendo problemas al nivel de las pequeñas comunidades. Quienes lo conocen nunca lo vieron pronunciando el discurso retórico vacío, que es la vía fácil de la política, sino estableciendo un diálogo franco y abierto con la comunidad dirigido a formular verdaderas soluciones a los problemas. Numerosas comunidades y alcaldes pueden dar testimonio de esto y todos los funcionarios del alto Gobierno siempre lo vieron incansable con un proyecto para el Tolima debajo del brazo. No nos olvidemos del senador García, lo que a él le ha sucedido no solo es una injusticia con su persona, sino que también lo es con el Tolima. Esperamos que la Fiscalía proceda en derecho y sin dilaciones y desestime las falsas acusaciones. ¡Ojalá lo tengamos pronto de vuelta trabajando por sus comunidades!”.

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