Confidenciales políticos

La Fundación Paz y Reconciliación ha sacado a la luz pública la lista de los pecados capitales en que han incurrido casi todos los partidos políticos avalando candidatos a alcaldías y gobernaciones de dudosa reputación, violándose flagrantemente la ley de topes electorales y toda la normatividad de inhabilidad y de propaganda política.

Ariel Ávila, periodista investigador, en larga entrevista con El Espectador sostiene que de acuerdo con las primeras pesquisas adelantadas por ese organismo de veeduría ciudadana en 19 departamentos se encontró que 140 candidatos que muy seguramente serán elegidos en los primeros empleos públicos de alcaldías y gobernaciones tienen cuentas pendientes con la justicia. La mayor parte de estos “líderes” y “barones electorales” que gozan del favoritismo popular forman parte de organizaciones criminales, son testaferros de movimientos paramilitares, de reconocidos narcos o de las Farc y lo más grave de este preocupante panorama es que ellos vienen siendo avalados por los partidos políticos tradicionales, por Cambio Radical, Centro Democrático, Mira, Pin, y demás grupos y grupúsculos que se disputan la supremacía política en las distintas regiones y municipios. Dice Ávila que hay otra tanda de candidatos que pese a que sus nombres figuran en la lista negra de funcionarios investigados por Procuraduría, Fiscalía o Contraloría por faltas graves cometidas en años pasados, siguen orondos haciendo campaña política y tienen una alta probabilidad de ser elegidos en sus regiones de origen. Denuncia también que hay una buena parte de “ilustres” candidatos, que se sabe, tienen conexión directa con redes de contratistas de obras públicas quienes les vienen financiando sus campañas y lógicamente esas generaciones contribuciones serán retribuidas una vez sus amigotes sean elegidos. La Fundación Paz y Reconciliación no cree tampoco en los candidatos que se han lanzado a gobernaciones y alcaldías, asambleas, y concejos mediante colecta de firmas. Ávila sostiene que en el 2010 se comprobó que la mayor parte de este tipo de candidatos tenía rabo de paja y por ende dejaron muy desprestigiado ese procedimiento de inscripción. Por lo que argumenta la Fundación Paz y Reconciliación esos candidatos de movimientos significativos o que fueron avalados por firmas ya no tienen la transparencia ni la credibilidad de antes. Paz y Reconciliación también denuncia que hay muchos candidatos de variados pelambres que han iniciado campañas proselitistas antes de la fecha autorizada por la ley electoral, lo cual es una falta grave pero hasta el momento no se ha adelantando en municipio alguno de Colombia la primera investigación sobre excesos en gastos de campaña o por exagerada publicidad política, a sabiendas de que hay ciudades y departamentos inundados de vallas, pasacalles y publicidad de todo tipo invitando a votar por tal o por cuál candidato. Paz y Reconciliación dice, sin ambages, que hay un Consejo Nacional Electoral politizado, sin armas ni dientes para imponer freno a tanta desobediencia política. Agrega que por estas mismas razones, noveles candidatos tienen que declinar a sus aspiraciones políticas porque no tienen cómo hacerle competencia a candidatos y candidatas que los enfrentan con chequeras multimillonarias, mercados y mares de avisos, vallas y pendones publicitarios. Esta primera investigación preelectoral de la Fundación Paz y Reconciliación también deja entrever que la mayor parte de las campañas políticas que se vienen librando en los municipios colombianos son pagadas con dinero proveniente del erario público y son el fruto de la mermelada oficial.

He traído a cuento esta enumeración de pecados capitales en estos tiempos de campaña electoral porque como decía mi abuela “al que al que le caiga el guante que se lo chante”.

Credito
HERMÓGENES NAGLES ESPECIAL PARA EL NUEVO DÍA

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