Confidenciales políticos

Hermógenes Nagles

El multimillonario Donald Trump sigue viento en popa con su campaña presidencial anti-latina, ganando imagen y dividiendo a las comunidades emigrantes y anti-emigrantes en los Estados Unidos.

En Miami, capital del mundo latino, la prensa solamente trae titulares en sus primeras páginas sobre el escándalo xenófolo del magnate gringo que busca la nominación presidencial por el partido republicano basado en una singular estrategia política que consiste en hablar mal de los mexicanos, colombianos, ecuatorianos o costarricenses que conforman la segunda minoría étnica más importante de la Unión Americana, acusándonos de bárbaros asesinos, violadores y expendedores de droga.

Donal Trump con su peluca rojiza alborotada dice que hay que construir cuanto antes una gran muralla en la frontera méxico-americana para evitar que esa plaga de malandrines, lo peor que han parido los países de centro y Suramérica, sigan llegando ilegalmente a los Estados Unidos.

Ese estilo de hacer política espectáculo, concebida únicamente como estrategia para ganar titulares de prensa lo están practicando también en el Tolima Guillermo Alfonso Jaramillo, candidato a la Alcaldía de Ibagué y Carlos García a la Gobernación del Tolima. Ellos están seguros que van a ganar el favoritismo de sus electores despotricando de cuánto gobernante ha pasado por el Palacio del Mango o por el viejo despacho municipal de la Plaza de Bolívar. Lo curioso del caso es que aquí en el Tolima a Guillermo Alfonso Jaramillo y a Carlos García esa teoría del “gallo fino”, de retadores de la política tradicional, les está dando ventajas competitivas, igual que a Donald Trump en los Estados Unidos, por eso en éstos días de vísperas del debate electoral de octubre ellos son los que más “mojan prensa” y roban titulares día tras día, así hayan estado ausentes largo tiempo del acontecer político regional.

Partido liberal cuestionado

Por no superar las viejas artimañas de hacer política, por promover coaliciones maquiavélicas en contra del querer nacional, por dar avales a candidatos de dudosa ortografía, porque sus dignatarios y parlamentarios son los primeros benefactores de la “mermelada de Santos” y porque en todas las elecciones de senado y cámara sus candidatos prometen mucho y no hacen nada, reconocidas personalidades siguen abandonando las toldas de esa colectividad hastiadas y avergonzadas de ver que ese viejo partido se haya convertido en trampolín para campañas presidenciales y para ganar nominaciones a embajadas, ministerios, gobernaciones y alcaldías.

La primera en retirarse de la dirección colegiada de ese partido fue la senadora Vivianne Morales, quien dimitió hace varios días acusando a Horacio Serpa, de ser el culpable de expedir avales a aspirantes a elecciones regionales sin que éstos reúnan mínimos requisitos éticos. La Fundación Paz y Reconciliación había cuestionado semanas atrás el hecho de que el partido liberal hubiese extendido generoso aval a las candidaturas de Luis Pérez a la gobernación de Antioquia, de Lilian Fernanda Salcedo en Casanare y de Didier Tavera en Santander, acusados de transfuguismo político y de vinculaciones con movimientos paramilitares y de narcotráfico.

El segundo gran sacudón que pone contra las cuerdas a Serpa y lo tiene al borde del ‘nocaut’ lo acaba de propinar el destacado periodista Alejandro Gálvis Ramírez, presidente Corporativo del prestigioso diario “Vanguardia Liberal” de Bucaramanga, quien renunció públicamente a su condición de militante del liberalismo a causa del aval que entregó Horacio Serpa a Didier Tavera, candidato a la gobernación de Santander. Galvis se quitó las vestiduras rojas no sin antes comentar encolerizado: “definitivamente a Horacio Serpa le entró la demencia senil, vive en la etapa de lo absurdo, ni que no existieran otros santandereanos liberales, líderes, decentes y de trayectoria regional. Darle el aval a tránsfugas de la política con pasado familiar y patrimonio mal habido, de vínculos con el narcotráfico y otros delitos y con cuestionamiento judicial personal, no tiene nombre”. Yo renuncio al partido liberal por no compartir que muchos de sus dirigentes sean sinvergüenzas”.

Otro dato para el periodista Alejandro Galvis: aquí en Ibagué Serpa empeñó su palabra, durante la instalación de la Colegiatura liberal de que el candidato a la alcaldía se escogería mediante una consulta interna, pero pocos días después avaló la candidatura de Rubén Darío Rodríguez, haciéndonos a todos “mamola”.

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