Confidenciales políticos

Hermógenes Nagles

Tal como ocurre cada vez que Colombia juega un partido de fútbol en un mundial, el lunes anterior políticos y periodistas se dieron a la tarea de analizar el resultado de la fallida propuesta hecha por Colombia en Washington para que se convocara una reunión urgente de cancilleres de la OEA para lograr un pronunciamiento favorable y una censura diplomática regional en torno a las agresiones y deportaciones masivas del gobierno de Venezuela contra casi dos mil compatriotas nuestros colombianos.

El resultado de 17 votos a favor, 5 en contra y 11 abstenciones, dio pie para que senadores y representantes se fueran lanza en ristre este martes contra la gestión diplomática del presidente Santos y su canciller, María Ángela Holguín por el papel tímido, acartonado, blando y poco eficiente librado esta vez por el actual gobierno frente a la agresión de la dictadura de la República Bolivariana. Pero la frase más insulsa salió de boca de la propia canciller porque tan pronto supo del fracaso de la solicitud de mediación de la OEA ante la grave situación fronteriza, la ministra Holguín corrió a decirle a la prensa que con esa votación “el que había perdido era el Continente americano”. Ante tal metida de pata y salida chapulinesca, no faltó quien le recordara a la Ministra que el que acababa de perder era el mismísimo gobierno colombiano pues los países de la región, desde EE.UU hasta Argentina nos habían dado la espalda en este nuevo round con el vecino régimen castrochavista. ¿Dónde está la tan cacareada buena imagen diplomática continental de que se ufana el Presidente Santos?, preguntaba a gritos la senadora Claudia López en los pasillos del Capitolio Nacional. Paloma Valencia, la senadora caucana y nueva dueña del pase del candidato, Óscar Barreto Quiroga, sacaba pecho contando a los periodistas con justificada alharaca que “el ex presidente Uribe y los demás parlamentarios del Centro Democrático habían sido más diligentes que el gobierno, pues tan pronto ocurrió la agresión recurrieron a la Corte Interamericana de Derechos Humanos a denunciar tal vejamen y a solicitar en Washington la adopción de medidas cautelares contra Venezuela. Allá si nos recibieron la denuncia y no regresamos con un chorro de babas como le acaba de pasar a Santos y a su canciller”.

Mientras esto pasaba en el Congreso de la República, en Paraguachón y en Maicao, Guajira, Álvaro Uribe Vélez, con sombrero y poncho recorría calles y saludaba a deportados colombianos solidarizándose con su desgracia y pidiéndoles a sus familias que respaldaran a los candidatos del Centro Democrático inscritos para las alcaldías de esos municipios fronterizos. Mejor dicho, como buen paisa, Uribe y sus muchachos si le sacaron “jugo por partida doble” a la goleada que le metió Maduro en la OEA al gobierno de Santos y de paso nos humilló a todos los colombianos.

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