Sí, al Sudamericano aquí

Nelson Germán Sánchez

A Ibagué se le está presentando una excelente oportunidad para generar ingresos, reactivar sectores del comercio, generar empleo y sobre todo lavarse la cara en el ámbito nacional frente al fango que le dejaron los forajidos de Luis H., sus contratistas y abogados asesores (muchos de los cuales están hoy en el gobierno en turno), en la memoria de los colombianos como ciudad corrupta, donde se robaron la plata de los escenarios deportivos de los Juegos Nacionales.
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No me refiero ni mucho menos al recientemente inaugurado Túnel de la Línea (de un solo sentido) que está de moda pronunciarlo como un mantra catalizador de los males que vivimos y el supuesto gran reivindicador frente a necesidades económicas, de turismo y desarrollo industrial. Lo cual ni creo ni se ve en el horizonte. Ojalá no se convierta en el Túnel del adiós, del ver pasar.

Lo que quiero precisar es que la ciudad debe tomar con todas sus fuerzas, seriedad requerida,  gestiones necesarias, acciones a las que haya lugar y todo un plan de relacionamiento institucional con lo público y lo privado, la posibilidad de ser sede del Sudamericano Sub-20 de Fútbol; un evento sin duda de mucha importancia en el mundo deportivo del continente y que se desarrollará en febrero de 2021 en Colombia.

El Campeonato Sudamericano Sub-20 “Juventud de América”, en donde se enfrentan las selecciones masculinas de fútbol de este lado del mundo con jugadores de hasta 20 años, según dicen los expertos, ha sido una excelente vitrina para jugadores destacados y de talla mundial de todos los países de Suramérica y es analizado por los grandes clubes de todo el mundo.

La Conmebol es su dueña y este evento, más la Copa Libertadores y la Copa Suramericana, le ha representado en los últimos cuatro años por lo menos 500 millones de dólares, dado el incremento de la asistencia a los estadios, derechos televisivos de transmisión y patrocinadores, así como retransmitir los partidos a través de redes sociales como Facebook.

Para Ibagué es una oportunidad de oro por el impacto que tendría en su ocupación hotelera, logística, transporte, consumo al detal y turismo en todas sus áreas. Pero más allá de eso, la oportunidad de que la ciudad se conozca en otros países, se referencie su belleza natural, las posibilidades que ofrece en actividades al aire libre, en turismo de naturaleza, lugares por visitar y recorrer en materia cultural y gastronómica. En ocupar a los visitantes, especialmente periodistas deportivos, personal de apoyo de estos, jugadores, familiares, aficionados e influenciadores, con agendas que visibilicen la ciudad y la muestren de otra manera. En una especie de resurgir de sus cenizas o pararse de sus escombros –especialmente en lo relacionado a escenarios deportivos.  

Ojalá que lo que se deba hacer frente a la Conmebol se haga por parte de la Administración municipal, departamental y el Gobierno nacional –a aprovechar la destreza de Duque con las pelotas-, a los congresistas –el representante Ferro gambeteando todo y el senador Barreto repartiendo juego- frente a nuestros delegados a esa confederación para que la ciudad sea sede de ese torneo.  Ese sí que es un evento que nos serviría en todo sentido en estos momentos.

Sin dejar nuestro sentido crítico y de denuncia, no nos entretengamos en lo sin importancia, lo que no aporta respecto a la búsqueda de realidades que apoyen posibilidades para que nuestra ciudad recupere su confianza, se eleve la moral colectiva, se acabe un poco el desánimo que se palpa o salidas para la crisis social, económica y de desempleo que agobia. Ese evento nos devolvería en algo la esperanza en poder enderezar el rumbo.

Y no es por ser criticones, como dice a quienes ya no comen cuento ni callados en tono pseudointelectual, y como gran aporte el Presidente de Cámara de Comercio de Ibagué, pero no vaya hacer que el Eje Cafetero se ponga más las pilas –como pasó en los actos de la inauguración del Túnel- y entonces esa obra sirva para que la gente que vaya al Sudamericano en el Eje pase más rápido y de largo por nuestra capital.  

NELSON GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZ – GERSAN

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