Las sombras de Hurtado

Nicolás Camargo

El ocultamiento parece ser un arte muy bien manejado por Andrés Hurtado, el alcalde pitufo. Desde su época como administrador del Aeropuerto Perales dio muestras de su maestría en saber esconder información, en ese caso pruebas de los piques ilegales que se realizaban en la pista de aterrizaje. Ahora esa malsana costumbre es parte integral de su gobierno que oculta información, dejando una densa capa de sombras sobre qué tan transparente es esta administración.
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No en vano, la gente lo apodó el alcalde pitufo. No solo por su obstinada y monocromática apuesta de ver toda la ciudad pintada de azul, sino que, muy acertadamente, coincide con la habilidad que tenían los pitufos para ocultarse y pasar desapercibidos ante las garras de Gargamel. Aunque en Ibagué, el villano parece ser más quien gobierna que un inocente pitufo. O tal vez, sea Hurtado una mezcla entre tontín, goloso, perezoso, y Gargamel.

Cada uno sacará sus propias conclusiones. Ya de por sí, creo que este alcalde pasó a la historia como un chiste más de la cultura popular ibaguereña. Le quedará muy difícil usar sus poderes de desaparición para borrar eso del imaginario de los ciudadanos. Aunque no sucede lo mismo con los datos oficiales, donde sí ha ocultado información. Basta con visitar el sitio del Centro de Información Municipal. Los datos allí están desactualizados, no hay cifras desde 2019 o se encuentran preliminares. Y no creo que sea por falta de voluntad o motivación de los funcionarios que alimentan dichas estadísticas, me atrevería a decir que hay una intencional sombra que cubre dichos números.

Evidencia de lo anterior, está en el anuario de estadísticas municipales, casualmente todos los años desde 2017 se ha incluido un capítulo con los indicadores del sector salud. En la última edición, simplemente, desaparecieron. Así como las pruebas de la manipulación de las cámaras. En un paralelo, la razón es básicamente la misma, no favorecen a Hurtado, pues ponen en evidencia su falta de transparencia. Aunque en este caso, es infame porque está de por medio la vida de los ibaguereños. Es un alcalde que piensa que con la religión debajo del brazo puede esparcir salud a todos los ciudadanos. 

Por eso, esa falta de transparencia de este gobierno, porque no quieren contarle a la opinión pública que la salud de los ibaguereños está cada vez peor. Por ejemplo, durante el primer semestre del año anterior, el porcentaje de niños nacidos vivos con bajo peso aumentó casi dos puntos, pasó de 6.9% en 2019 a 8.5% en 2020 (dato preliminar). La mortalidad infantil en niños menores de un año y menores de 5 años también aumentó.

Si vamos más allá de las cifras, pues encontramos más razones. Al alcalde le interesa más tener camioneta nueva y andar de fiesta que invertir el dinero en la gente. Creo que una pandemia es razón suficiente para redireccionar los recursos a la salud pública, fortaleciendo y dando continuidad el Modelo de Atención Integral de Salud. Eso, es mucho más acertado que visitar los barrios para esparcir el virus como lo hizo, o más bien verificar que los niños en las comunidades no estén desnutridos, que la gente tenga comida, que la salud mental de nuestros conciudadanos sea atendida de manera prioritaria.  Pero no. Hurtado acabó con dicho modelo de salud.

Usted alcalde es un personaje oscuro, que predica la palabra de su Dios, que parece más el demonio que usted es.

Nicolás Camargo

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