Óscar Iván Zuluaga ha puesto en espera su precandidatura. Su salida abre el panorama de las candidaturas. Han aflorado nombres que enriquecerán el abanico. Pero creo que no es el momento de concentrarse en el nombre del posible candidato. Primero porque es prematuro y riesgoso. Con Santos afloró una judicialización muy peligrosa de la política, donde se instrumentaliza el sistema judicial para atacar a los contradictores.
Después, porque creo que hay tres tareas más urgentes e importantes. Una, construir la gran alianza que permita ganar la Presidencia en el 2018. Ese triunfo debe ser el gran objetivo. Nos jugamos el futuro de la patria y de nuestros hijos. La alternativa es el afianzamiento en el poder de esa alianza nefasta y corrupta entre el santismo, la izquierda radical y las Farc. Y no podremos ganar sin esa coalición.
He sugerido que esa alianza se haga con base en los partidos, movimientos y grupos que conformaron la Coalición del No, pero yendo más allá de ellos y ampliándose a muchos que votaron sí pero que están inconformes con este desastre de gobierno y el futuro marxista al que nos lleva, y con millones que se abstuvieron y a quienes hay que ofrecerles esperanza y un futuro que hoy no se ve.
La segunda labor es la construcción de una plataforma de gobierno que permita al nuevo gobierno entrar de inmediato a hacer los cambios políticos, institucionales y normativos que son indispensables para retomar el rumbo de inversión, generación de riqueza, y seguridad que se perdió durante Santos.
Por último, es indispensable construir estructuras de partido. El Centro Democrático es un partido jovencísimo. Necesita organización regional y local, comités de trabajo, grupos de pensamiento programático, identificación de líderes y de posibles candidatos para concejos, asambleas y Cámara de Representantes. El CD debe saltar a por lo menos 30 senadores y 40 representantes y ser el partido con mayor representación en el Congreso. Y los partidos y movimientos que formen la alianza deben obtener los parlamentarios que falten para obtener las mayorías que son indispensable para asegurar la gobernabilidad.
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