Productividad y tecnología

Óscar Barreto Quiroga

“La revolución en marcha”, propuesta por el presidente Alfonso López Pumarejo, era una gran iniciativa pacifista, participativa, pero sobre todo basada en un principio que buscaba la equidad más allá de los privilegios y la tenencia de la tierra, para producirla y dignificar la labor del campo y el campesino colombiano, un modelo que exaltaba y resaltaba la gran laboriosidad de los que menos tienen, su generosidad y el sufrimiento de sus vidas por las dificultades que imponen los territorios agrestes pero a la vez tan hermosos y productivos. 
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La distribución de la tierra en Colombia, su uso y su productividad, son tal vez sin duda los hechos que más marcan las alegrías y tragedias de nuestro país, las gallinas de “tirofijo”, las miles de hectáreas abandonadas por violencia y expropiadas por grupos ilegales a campesinos, las minorías con sus privilegios poco aprovechados, en términos de productividad por la gran riqueza de la tierra que poseen, otros miles y miles ocupadas por cultivos ilegales, grandes riquezas en ganado o arrendadas a monocultivos con baja ocupación laboral, generan desequilibrio e inequidad y más violencia y desesperanza, llevándonos a resolver el gran reto que genere Equidad, Trabajo y Producción de Riqueza. 

El mundo de hoy nos exige hablar de competitividad, debemos revisar y replantear algunos TLC (Tratados de Libre Comercio), que no previeron nuestras debilidades en CTeI (Ciencia Tecnología e Innovación), así como la enorme brecha en conocimiento, costo de transporte interno y desarrollo vial en los sectores rurales. Es prioridad urgente la seguridad alimentaria de la Nación, el año pasado importamos trece millones ochocientas mil (13.800.000) toneladas de alimentos, que costaron ocho mil ochocientos treinta millones de dólares (USD8.830.000.000), lo que significa más del treinta por ciento (30%) de lo que consumimos en el país, pero también es urgente la producción de nuestra tierra para la generación de riqueza, no solo para el consumo interno, sino para la exportación de lo que debiera ser nuestro primer renglón económico, la producción y comercialización agrícola.

Tenemos la tierra, la vocación campesina, la laboriosidad del pueblo, hace falta la gran reforma agraria que busque equidad, producción de riqueza e inversión en competitividad, ciencia y tecnología, para la transformación de nuestro campo colombiano que será sin duda la transformación del país. 

Óscar Barreto Quiroga

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