Tacando burro

Camilo González Pacheco

Buscando reencauchar su imagen, un reconocido personaje de la política colombiana ha planteado acudir a un referendo sobre el aborto, buscando que sea penalizado en todos los casos, desconociendo los avances humanistas de la Corte Constitucional relacionados con este tema.
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Según algunos mal pensantes, lo que pretende este líder en declive político y electoral, es relanzarse. Como sucedió con el papayaso que le dio Santos en su plebiscito por la paz, que no era necesario realizar.

Lo del referendo, tiene mucho de largo constitucional y de ancho electoral. Tenemos referendos progresivos y regresivos.

En Colombia, la Corte Constitucional ha sido reiterativa, en relación con los límites del poder de reforma de la Constitución, insistiendo en que el poder constituyente derivado (el referendo es una de sus manifestaciones), tiene competencia para reformar la Constitución, más no para sustituirla, por lo cual todo cambio en la identidad del texto constitucional implica un vicio de competencia por exceso en el ejercicio del poder reformatorio. Ello por cuanto el poder constituyente originario tiene un carácter fundacional, es el pueblo en ejercicio pleno del poder político, que establece el orden jurídico, por eso sus actos escapan al control jurisdiccional. El poder constituyente derivado, puede reformar la Constitución pero dentro de los límites precisos previsto por ella misma.

Algunos Tribunales Constitucionales estiman que los derechos humanos de las minorías no pueden ser sometidos a las mayorías. Expertos en el tema afirman que estos no pueden ser modificados o derogados, salvo para otorgarles mayores garantías; que el poder reformador de la Constitución no puede modificar el régimen de los derechos fundamentales para desmejorarlos o introducirles modificaciones, no autorizadas por el constituyente originario.

Ahora bien, la noción de pueblo en una democracia liberal es connatural a la noción de pluralismo, por ello cuando éste mismo escoge la democracia como modelo acepta que todo poder tiene límites. Por ello, la voz del pueblo no puede ser apropiada por un grupo de ciudadanos, así sea mayoritario, sin observar los procedimientos que garanticen esa pluralidad.

Todo lo anterior, para plantear que en Colombia, no podrán pasar referendos regresivos, como los que pretenden penalizar el aborto en todos los casos. O, establecer, por ejemplo, la prisión perpetua, por cuanto desconocerían estándares y tratados internacionales que prevalecen en el orden interno. Por lo demás, está prohibido convocar referendos sobre algunos temas, entre estos, los referidos a tratados internacionales. No superarían el examen de constitucionalidad.

En conclusión, la derecha rabiosa y clerical, no la tiene fácil para promover el regreso del país a épocas oscurantistas, ya superadas a partir de la vigencia de la Constitución de 1991. Están tacando burro. Afortunadamente.

CAMILO A. GONZÁLEZ PACHECO

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