Objeto de estudio del marketing

Contrario al pensamiento del común de las personas que se supone expertas en marketing, su objeto de estudio no es el de la satisfacción del consumidor. Es el intercambio de beneficio mutuo que se desarrolla entre las dos partes que intervienen en los diferentes encuentros entre empresa y los mercados que atiende.

En este sentido, debe dejarse de lado la errónea idea de que lo que busca el marketing es la satisfacción del consumidor per se. En el hipotético caso que así fuera, la organización empresarial se vería en serio peligro de seguir sobreviviendo en un mercado cada vez más competido y voraz.

El consumidor, seguramente, sacaría gran provecho de esta falaz filosofía que ha predominado en buena parte de las escuelas de negocios.

El carácter pensante y analítico que como ser humano caracteriza al consumidor lo llevaría a obtener lo máximo posible a cambio de lo mínimo posible -ojalá nada-. Esta realidad obligaría a la organización a entregar sus productos al consumidor a precios irrisorios, incluso inexistentes, a nombre de su “satisfacción”.

Lo que debe entenderse es que la organización debe satisfacer sus propias metas al tiempo que entrega el producto en las mejores condiciones posibles que satisfaga expectativas y deseos. No se trata de transferirle lo que él le pida sin considerar su utilidad y sus propios beneficios como organización.


La satisfacción del consumidor no puede ser vista como un fin en sí misma, sino como un medio para que la organización logre satisfacer sus propias necesidades. Ella, en ningún momento, puede poner en riesgo su existencia a nombre de conseguir y retener consumidores que le producen pérdidas y dificultades en su operación.


Como se puede colegir, incluso si las condiciones de determinados clientes no le producen rendimientos palpables en el corto, mediano o largo plazo a la organización, ésta debe considerar la alternativa de abandonar este tipo de agentes que desde la demanda solo le generan conflictos y reducción de las utilidades esperadas.


No debe perderse de vista el hecho de que la organización empresarial es un agente del mercado de la oferta que produce satisfactores para entregar a un mercado para que, éste, a su vez, le permita cumplir su responsabilidad económica de generar bienestar social ya sea a través del empleo generado o de los productos que entrega a la sociedad en su conjunto. Este aporte no puede brindarse cuando, por intentar satisfacer a uno de los agentes demandantes, la empresa se ve obligada a salir del circuito productivo en el cual desenvuelve su actividad.


La empresa sí satisface al consumidor, pero, a condición de que ella alcance sus propósitos organizacionales. De lo contrario, solo arriesgaría su propia existencia.

Credito
DAGOBERTO PÁRAMO MORALES

Comentarios