Consumidores “tiendo-dependientes”

A partir de los fuertes lazos de dependencia de la tienda de barrio preferida, se ha descubierto una nueva categoría de consumidores. Las estrechas relaciones que se sostienen entre consumidores y tenderos han convertido a la tienda en una institución social que se auto-reproduce a través de las complejas redes sociales establecidas.

A partir de los fuertes lazos de dependencia de la tienda de barrio preferida, se ha descubierto una nueva categoría de consumidores. Las estrechas relaciones que se sostienen entre consumidores y tenderos han convertido a la tienda en una institución social que se auto-reproduce a través de las complejas redes sociales establecidas. 

El consumidor dependiente es aquel ciudadano que requiere de la tiendas para subsistir. Allí obtiene crédito, le venden productos miniaturizados, y se le garantiza seguridad personal. Este consumidor sobrevive, resignado, sin ingresos suficientes y sobre todo con una reducida o nula capacidad adquisitiva. Para él, la tienda lo es todo, incluso sus escasos momentos de esparcimiento que tiene los disfruta en su tienda. Veámoslos.

1) El “sobreviviente” es un consumidor que busca confianza y familiaridad bajo consideraciones culturales de comodidad y de conveniencia. Es el tipo de persona de escasos recursos que adquiere los productos en reducidas cantidades o en pequeñísimas presentaciones. Tratando de soportar sus dificultades económicas solo adquiere lo que sus recursos le permiten. Generalmente tiene poca opción de “darse lujos” en celebraciones u ocasiones especiales.


2) El “endeudado” busca reconocimiento y fidelidad en un marco cultural de gran confianza. Su situación lo obliga a acudir al crédito y ello lo transforma en alguien que debe inspirar confianza. Para él, el mundo se desenvuelve entre compromisos y responsabilidades financieras que trata de cumplir, aunque por momentos no lo logre. Es el típico consumidor que siempre demanda crédito.


3) El “inseguro” busca comodidad y trato personalizado como valores agregados en términos de familiaridad y esparcimiento como consideraciones culturales. Por sus características individuales tiene aversión al riesgo, prefiere no desplazarse fuera de su tradicional hábitat. Se siente cómodo en su cuadra, en su barrio, en su comunidad, en el mundo que bien conoce. No le gusta experimentar nuevas sensaciones que lo saquen de su reducido universo donde todo le resulta familiar. Tiende a ser fiel no solo a un mismo establecimiento sino a quien lo atiende y le sirve.


4) El “resignado” solo busca inmediatez para la solución de sus problemas. Es aquel individuo que estira su escaso presupuesto hasta donde le sea posible y por ello solo está interesado en la adquisición de productos fraccionados. Solo compra lo básico en pequeñas cantidades. Solo se acerca a tiendas que le proporcionen confianza pero sobre todo que le sean familiares. Es poco lo que hace o lo que puede hacer para salir de sus condiciones económicas. Es como si cargase el “sino trágico” de las diferencias de clase en las que las posibilidades de ascenso social son bastante reducidas, casi imposibles. No tiene otra alternativa más que aceptar resignadamente su condición personal y familiar.


Credito
DAGOBERTO PÁRAMO MORALES

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