Una parte de los consumidores de tienda las ve como un espacio físico donde tamaño, distribución, orden y limpieza son determinantes. Esta apariencia física y las comodidades que de allí se derivan solo pueden explicarse por su significado cultural.
Viendo la tienda como proveedora, existe un conjunto de consumidores denominados pragmáticos. Estos, buscan tomar ventaja de las condiciones comerciales que ofrecen los tenderos.
A partir de los fuertes lazos de dependencia de la tienda de barrio preferida, se ha descubierto una nueva categoría de consumidores. Las estrechas relaciones que se sostienen entre consumidores y tenderos han convertido a la tienda en una institución social que se auto-reproduce a través de las complejas redes sociales establecidas.
Basados en valores agregados validados por los mismos consumidores de la tienda tradicional sobre la base de sus propias consideraciones culturales, se descubrieron seis tipos de consumidores colombianos que hemos agrupado en la categoría “experienciales”.
El acto de consumo que como se ha reconocido siempre precede a la compra, es impulsado por los deseos de las personas que sienten gran presión interior por satisfacerlos.
Otro de los postulados claves en marketing está en la obligatoriedad que tienen las organizaciones de diseñar ofertas atractivas, diferenciadas y competitivas. Es la única vía para ser percibido de manera diferente en el mercado y como consecuencia, ganarse la preferencia por una marca o por un grupo de marcas.
Este es uno de los postulados del marketing más debatidos. Por su esencia es uno de los que más se acerca al carácter del modo de producción capitalista. Por ello es necesario abordarlo de manera seria y cuidadosa.
Contrario al pensamiento del común de las personas que se supone expertas en marketing, su objeto de estudio no es el de la satisfacción del consumidor. Es el intercambio de beneficio mutuo que se desarrolla entre las dos partes que intervienen en los diferentes encuentros entre empresa y los mercados que atiende.
No obstante la creencia generalizada que un “buen” servicio es un elemento diferenciador de una “correcta” estrategia de marketing en pro de la conquista de compradores o la conservación de clientes, el servicio, ya desde hace más de cincuenta años, fue dimensionado como parte integral del marketing.