Reordenar la República

Guillermo Pérez Flórez

El pleito entre Antioquia y Chocó por Belén de Bajirá confirma que una de las grandes asignaturas pendientes del país es el ordenamiento y la gobernanza del territorio. Desde la Colonia hemos tenido dificultades para ocupar, administrar y controlarlo, es un problema estructural. De hecho, en el siglo XIX la división del territorio fue una de las raíces de los conflictos armados, algunos de los que alcanzaron el estatus de guerra civil.

Los palenques, por ejemplo, eran áreas a las que se iban a vivir los esclavos fugados para ponerse fuera del alcance de la ley y de la autoridad virreinales. Históricamente, Colombia ha tenido porciones del territorio en donde el Estado no hace presencia ni se aplica la ley. En parte, es un problema que tiene origen en la geografía, que dificulta la comunicación entre las diferentes regiones, pero fundamentalmente es producto de instituciones disfuncionales a la gestión del territorio. Ha hecho que seamos un país de ‘fronteras internas’, que limita consigo mismo. En las zonas periféricas prácticamente no hay Estado, en su lugar hay para-estados que le disputan el monopolio de la fiscalidad, la justicia y las armas. Y también fenómenos económicos ilícitos, como el contrabando de mercancías, droga, armas y combustible.

En los 207 años de vida republicana Colombia ha perdido territorio. Panamá y el mar de San Andrés son los casos más conocidos, pero no los únicos. Ahí están el diferendo limítrofe pendiente por el Golfo de Coquivacoa, que en Caracas llaman el Golfo de Venezuela, y la pérdida de espacio amazónico. Antioquia y Chocó se enfrentan políticamente, y es un enfrentamiento absurdo en estos tiempos. Cómo es absurdo que el árbitro de este conflicto sea el Igac. Deberían preguntar a la gente de dónde se siente parte o adónde quiere pertenecer. Así de simple. Y como este, hay 84 casos más en el país. Dos siglos después de la Independencia aún no conseguimos ordenar el territorio, y su explotación vuelve a ser fuente de conflictos, como se ve en los recientes años.

En la próxima campaña política debe debatirse cuál es el modelo más conveniente para la gestión territorial. El actual es disfuncional y obsoleto, según lo denuncian los hechos. El Estado ha fracasado en casi todo. En la seguridad, como lo vienen confirmando la concentración de las Farc en las zonas veredales y la crisis de seguridad ciudadana que experimentan ciudades y municipios. Ha fracasado en la generación de desarrollo, tal cual lo indican las enormes asimetrías que en esta materia existen entre Antioquia y Chocó. Ha fracasado estrepitosamente en la administración de justicia, si a los índices de impunidad nos atenemos. Ha fracasado en la articulación del país. Somos un país pobre en carreteras y sin trenes; y ha fracasado en el manejo y el control del gasto público, cada año se requiere de una reforma tributaria. Hay que debatir sobre la cuestión territorial y la representación política. Antioquia tiene 12 senadores y 17 representantes a la Cámara y Chocó solo tres representantes. (10,7% vs 1%). Se requiere reordenar la República. Este sí es un debate importante.

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