Crisis se escribe con C

Guillermo Pérez Flórez

No estoy seguro de que la crisis de la que voy a hablar, en realidad, sea una crisis. Una crisis es algo transitorio, episódico, llamado a pasar más temprano que tarde. Pero si la situación se hace crónica, ¿Cómo debería denominarse?

Quiero referirme a la “crisis” que se vive en Cauca, Chocó y Catatumbo, tres lugares en donde existe una superposición de problemas, que conforman lo que los expertos denominan una crisis humanitaria compleja. Los tres tienen un común denominador: un problema de gobernanza territorial, en ellas el Estado ha fracasado en el control y la ocupación del territorio, no es capaz de garantizar el orden ni el imperio de la Ley, y los ciudadanos tienen que padecer, además del subdesarrollo y pobreza, la violencia que ejercen grupos irregulares. Esta semana, tratando de enterarme sobre qué pasaba en el Catatumbo, encontré dos noticias que llamaron mi atención. En ellas se hablaba de que los campesinos estaban atrapados en medio de los combates que libran guerrillas, paramilitares y bandas criminales del narcotráfico. Pero, ¡oh sorpresa!: una de las noticias era de ¡marzo de 2018! y la otra de ¡abril de 2017! Solo cambiaban las fechas.

En Cauca las cosas son más críticas, si es que pueden serlo. Son décadas de incumplimientos gubernamentales a la población indígena. Uno de sus líderes sostiene que entre 1986 y 2019 se han firmado más de 3.000 acuerdos gubernamentales incumplidos. Sin embargo, para algunos sectores políticos estas protestas son actos terroristas y solo sirven para “empobrecer” a Colombia. El Gobierno Duque aduce que no dialogará mientras no cesen las “vías de hecho”, lo cual no deja de ser patético, pues si no recurrieran a las “vías de hecho” (como se califica el bloqueo de una carretera), ningún gobierno los escucharía. Esta es la verdad.

De Chocó, mejor ni hablar. Cuántas veces hemos escuchado que la corrupción (que también se escribe con C) se robaron el departamento. Las condiciones en que vive la población son peores que las de Haití. Es una pobreza criminal que sólo se puede soportar por la derrota moral que producen la frustración, la desesperanza y la impotencia de saber que nada de lo que hagan les va a cambiar las misérrimas condiciones en que discurren sus vidas.

Miro lo que pasa en Chocó, Cauca y Catatumbo y se me arruga el alma. Y no termino de entender que dediquemos ríos de tinta y cantidad de energía a tratar de tumbar un gobierno extranjero que más temprano que tarde se caerá por mediocre, corrupto e incompetente, mientras nuestra gente más humilde, como lo son los indígenas y los afrodescendientes, padecen hambre, abandono y la miseria extrema. Colombia requiere revisar, con urgencia, la manera como está “organizada”. El actual “modelo” de ordenamiento territorial es absolutamente disfuncional al desarrollo, es funcional sólo a la politiquería y a la corrupción. Parafraseando a un célebre dirigente gremial, diría que a la politiquería le va bien, pero al país mal.

Crisis se escribe con C, igual que Chocó, Catatumbo, Cauca …y Colombia.

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