¿Se avecina un cambio mundial?

Guillermo Pérez Flórez

Ronald Reagan y Margaret Thatcher impusieron un modelo económico-político mundial basado esencialmente en el dios mercado, la fórmula, el antídoto para todos los males. Su visión tuvo un aliado histórico que contribuyó a su éxito: el derrumbe de la Unión Soviética y la quiebra del modelo basado en el dios estado, que se ofreció como una especie de paraíso terrenal.

Han pasado casi cuarenta años de vigencia de lo que se etiquetó como el neoliberalismo. Se ha producido un crecimiento económico jamás visto en la historia, hasta tal punto que algunas corporaciones tienen un tamaño superior al PIB de varios países juntos y un poder político ilegitimo. La generación de riqueza ha sido descomunal, tan descomunal como la desigualdad y la pobreza de millones de personas. Thomas Piketty, economista francés experto en desigualdad y distribución de la renta, desnudó este fenómeno en su libro, El Capital en el siglo XXI, demostró que se estaba produciendo riqueza y al mismo ritmo mayor pobreza. El 1% de la población mundial tiene tanta riqueza como el 99% restante, una aberración.

El adelgazamiento del Estado y las crisis económicas y políticas que trajo el neoliberalismo, pulverizaron a los partidos socialdemócratas en casi todo el mundo, ante la decepción que provocaba su complicidad con el neoliberalismo; entonces, las masas de excluidos y miserables de los países ricos se dejaron atraer por los cantos de sirena del populismo, principalmente por aquel que culpaba a los extranjeros que llegaban, expulsados por las políticas que sus gobiernos imponían en los países periféricos. Así, Europa se pobló de africanos y EEUU de latinoamericanos, un fenómeno migratorio aprovechado por líderes xenófobos como Marine Le Pen en Francia y Donald Trump en EEUU, entre otros.

Lo anterior síntesis histórica, hecha en zancos por razones de espacio, tiene como propósito explicar un cambio de tendencia que se está dando en la política norteamericana. Los demócratas han decidido volver a un modelo de intervención del Estado, que no se veía desde los tiempos de Franklin D. Roosevelt. Precandidatos como Elizabeth Warren, la principal rival de Joe Biden, así como Bernie Sanders, quien compitiera con Hillary Clinton, y en general todos los precandidatos, proponen construir un sistema de salud asistencialista y suprimir el actual, basado en seguros privados (medicina prepago). Una auténtica revolución en la Meca del capitalismo. La mayoría de analistas le confieren pocas posibilidades de triunfo a los demócratas, aunque no se sabe qué vaya a pasar con Trump. La historia se escribe todos los días. Una cosa, sin embargo, es clara: el sistema actual es social y ambientalmente insostenible. El dios estado ha fracasado, pero el dios mercado también. Es necesaria una visión alternativa. ¿Cuál? Ahí está el desafío. Todos los paradigmas están en bancarrota, incluido el chino, un desastre ambiental absoluto, en donde han muerto cerca de ¡28 mil ríos! y más de 500 millones de personas padecen escasez crónica de agua.

¿Se avecina un cambio político mundial? Todo dependerá de lo que suceda en el Imperio, al fin de cuentas es quien marca la pauta.

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