España vuelve a las urnas

Guillermo Pérez Flórez

Al que no le gusta el caldo se le dan dos tazas. A solo seis meses de haber tenido unas elecciones generales España regresa a las urnas ante la imposibilidad del parlamento de formar un gobierno. Gajes del sistema, y gajes también de una sobre ideologización de la política, tradicionalmente controlada por el Partido Socialista Obrero Español (Psoe) y el Partido Popular (PP), e interpelada ahora por nuevas agrupaciones. Socialistas y Populares vienen de capa caída desde marzo de 2011, cuando surgió el movimiento de los “indignados”, que colmaron las plazas para protestar por la crisis económica de 2007 que dejó en España 5 millones de desempleados, la mayoría personas de menos de 40 años.

Ese movimiento social, en cierta medida precursor de lo que estamos viendo en otros países actualmente, derivó en un nuevo movimiento político, Podemos, organizado por profesores universitarios, encabezados por Pablo Iglesias. Esta organización se instaló en el espació político de la “izquierda”, y estuvo a punto de comerse al Psoe, tras engullirse a la coalición Izquierda Unida, nucleada por el Partido Comunista. A su vez, al partido Popular, asediado por la corrupción, le surgió un competidor, Ciudadanos, bajo la orientación del liberal Albert Rivera. Así, la política se volvió un juego a cuatro, marginalmente complementada por los pequeños partidos nacionalistas de Cataluña y del País Vasco.

Pero no se sabe si ha sido peor el remedio (el multipartidismo) que la enfermedad (el bipartidismo), pues cada vez se ha vuelto más difícil constituir gobierno, por esa sobre ideologización, basada en el binomio izquierda y derecha, en el cual es casi una traición llegar a acuerdos con signos contrapuestos. Se requieren 176 votos para tener la mayoría absoluta en el congreso de diputados, y ante la imposibilidad de formar coaliciones España vive un período de inestabilidad que va para cuatro años.

Hoy regresa a las urnas, pero lo que antes era una partida a cuatro, ahora es a seis, pues han surgido otros dos movimientos. Uno xenófobo y patriotero, llamado Vox, y el otro una escisión de Podemos, denominada Más País. ¿Qué puede salir de esto? Probablemente nada, que continúe el bloqueo, pues ninguna fuerza obtendrá la mayoría. España está atrapada por dos prejuicios. El ideológico le impide dialogar y pactar, y el sociopolítico la fractura, pues le dificulta reconocerse como una nación de naciones, o un collage de pueblos agrupados por largos procesos históricos. Para Latinoamérica es importante la estabilidad de España.

Es su aliado natural en Europa, y la piedra angular de un espacio cultural global conformado por 500 millones de personas. Ojalá este bello país recupere el espíritu del 76 que le permitió hacer una transición paradigmática hacia la democracia, gracias al pragmatismo y al realismo político exhibido por liberales, conservadores, socialistas, comunistas, monárquicos, republicanos y militares.

Ese espíritu le permitió darse unas instituciones sólidas y proyectarse internacionalmente con mucho éxito. Los líderes políticos españoles tienen el inmenso reto de demostrar que están a la altura de las circunstancias. El mundo está inmerso en un debate sobre el tipo de modelo económico es el adecuado y España tiene mucho que decir en esto.

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