Mejorar la movilidad ¿Cuestión de cultura o infraestructura?

César Picón

Mejorar la movilidad urbana se ha convertido en un imperativo para la gran mayoría de ibaguereños. Recientemente, la Administración municipal abrió un debate con motivo de la propuesta de implementar la contribución por valorización, con el fin de modernizar la infraestructura mediante la construcción de dos intersecciones en puntos estratégicos, algunas vías nuevas, paraderos, andenes, terminales de transporte en las comunas, además de recuperar parte de la deteriorada malla vial y optimizar la semaforización y la señalización vial.

La pregunta que surge es, ¿serán suficientes estas intervenciones para calmar el tráfico de la ciudad y hacer nuestros desplazamientos más eficientes?; seguramente ayudarán, pero creo que si no empezamos a construir conciencia ciudadana, tal vez estos esfuerzos no tengan el mismo impacto.

Está claro que los comportamientos de los ibaguereños –peatones y conductores-, hasta ahora no han sido los más apropiados: las busetas y taxis recogen los pasajeros en cualquier parte, a veces prefieren la mitad de la vía, lo que importa es ganar en la conocida “guerra del centavo”, y eso sin mencionar las desproporcionadas velocidades que alcanzan cuando van retrasados en la ruta; los camiones cargan y descargan sin respetar los horarios establecidos, incluso en el centro de la ciudad; la mayoría de peatones cruzan las calles en forma descomedida, sin utilizar las cebras, sin observar el semáforo peatonal (cuando los hay), o simplemente prefieren caminar entre los vehículos en lugar de utilizar el andén; muchos conductores de vehículos particulares parquean en las vías principales bloqueando uno o más carriles, irrespetan los pocos carriles de uso exclusivo para bicicletas y omiten frecuentemente las señales de tránsito; de los conductores de motocicletas ni qué decir.

Todo lo anterior parece haberse convertido en costumbres socialmente aceptadas en nuestra ciudad, algo que vemos como “normal”, que parece haber superado cualquier esfuerzo de las administraciones municipales por modificar este tipo de comportamientos y que nos tiene literalmente al borde del colapso en materia de movilidad.

Considero que ya es hora de trabajar por una nueva cultura de movilidad para Ibagué, que depende de la buena disposición de los ciudadanos, pero también de la adopción de medidas especificas por parte de la Alcaldía: las fotomultas deben implementarse, ojalá lo antes posible, no es deseable seguir permitiendo el parqueo en zonas prohibidas y la recogida de pasajeros en sitios distintos a los paraderos, no obstante, que esto no se convierta en un negocio de particulares.

Las grúas deberían ser operadas por el Municipio en forma ordenada y estratégica, después de un tiempo seguramente muchos optarán por parquear en sitios dispuestos para tal fin. Se podrían diseñar incentivos desde las empresas públicas y privadas, y crear redes para el fomento del uso de la “Bici”, algo que aunque puede tardar bastantes años, al final tiene el potencial de transformar drásticamente la modalidad de transporte de los ibaguereños.

Por último, podría resultar conveniente la implementación del pico y placa en toda la ciudad, con el fin de alivianar el tráfico en algunas intersecciones.

Seguramente existan otras medidas por implementar, algunas resultarán incómodas para quienes no están acostumbrados a respetar las normas, pero lo importante es iniciar la construcción de esa nueva cultura que, complementada con los ambiciosos proyectos de infraestructura que tiene la Administración municipal, puede sentar las bases para una movilidad sostenible en nuestra ciudad.

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